viernes, 10 de agosto de 2012

Aventuras y Desventuras de Alguien en busca del amor - CAPITULO 4 Lucía & Marco & Enrique:


Lucía: Mientras empapo mis penas en café abro el correo aprovechando que mi obsoleto ordenador aún no ha arrancado; lunes, uno más como otros tantos… Pienso mientras miro el monitor y suspiro. La verdad es que trabajar aquí no es que me maraville pero al menos me gano un sueldo y eso me permite vivir independizada: “¡Maldita seas, mamá!”

Justo cuando Windows me da lo buenos días veo entrar a Marco por la puerta, tiene mala cara:

-      Hola, chavalín. ¿Qué tal el finde?
-      ¡No me hables del finde, que asco de días! De verdad…
-      ¿Qué te ha pasado?
-      ¿Recuerdas que tenía una cita a ciegas?
-      Sí, ¿no fue bien, verdad? Ya te lo dije…
-      ¡Te juro que no volveré a citarme con alguien de internet!
-      Fantástico, ahora puedo hacerle también una crucecita a las citas con gente de internet; la semana pasada las citas organizadas por madres, y ahora esto… ¿Cuál será la próxima modalidad de citas que podré eliminar de la lista?
-      ¡Nena, pero tampoco hay que cerrarse!
-      ¿Y me lo dices tú? ¿No me acabas de decir que fue horroroso?
-      Sí, pero la próxima será mejor. Aunque no será con este tío… -hace una pausa y finge un escalofrío- ¡Qué miedo! Te juraría que ha estado siguiéndome todo el fin de semana.
-      ¡No me seas Antoñita la fantástica! –contestó echándome a reír.
-      Ya te vale, Lucía. Siempre te estás riendo de mí. ¿Tú quieres que yo te encuentre un noviete?
-      Un noviete, no. Según mi madre, tiene que ser el hombre de mi vida. ¿Te ves capaz?
-      Puedo probarlo… -en ese momento aparece Enrique, nuestro jefe- ¿Te vale éste?

Marco: De repente noto que la cara de Lucía cambia, ¿será, verdad? No puede ser que le guste Enrique. Se tensa e instantáneamente centra toda su atención en la pantalla del ordenador, como si intentase evitar el contacto visual con el jefe. Lo cierto es que jamás me había planteado el que Lucía pudiese sentir algo por Enrique; ¿sería ese el motivo de la tensa relación que hay entre ambos?

-      Buenos días Enrique –digo saludándole jovialmente.
-      Hola –responde secamente.
-      Otro con un mal finde… -le susurro a Lucía que continúa mirando fijamente la pantalla- ¿Hola, sigues ahí?
-      ¡Pues claro que estoy aquí, bobo!
-      ¿Por qué te pones así cuando Enrique está cerca?
-      ¡Qué tonterías dices, ponte a trabajar y déjate de tanta cháchara!

Lucía: ¡Maldita sea, Marco me ha pillado! Pienso mientras intento disimular mi reacción. ¿Tan obvio es? ¿Tanto se me nota? Ahora que Marco lo intuye estoy perdida. Seguro que me agobiará con que se lo confiese a Enrique; y no pienso hacerlo, antes me muero. ¿Por qué voy a hacer el ridículo de esa manera? ¿Qué iba a querer Enrique de una chica como yo?

Enrique: Odio los lunes, desde que dejé a Verónica los fines de semana son lo peor. ¿Y todo para qué? ¿Por qué fui tan estúpido de dejarla? ¿Por qué ella ya no me gustaba, y me había enamorado de otra? Mis amigos dicen que soy muy noble por ello; yo diría que soy gilipollas. Sobretodo porque la dejé por una mujer que ni si quiera me saluda cuando entro por la puerta. ¡¿Qué he hecho?! ¿Qué haré para que se fije en mí?

1 comentario:

  1. Me gusta mucho que identifiques los personajes cuando cambias de historia. Asi es más sencillo y no me pierdo, jeje. Me ha gustado mucho el capítulo, y como entrelazas las historias. Se ve muy natural, nada forzado. Enhorabuena y sigue con capitulos nuevos que ya me tienes enganchada!!!

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