Hoy hablamos con Miriam Lavilla, la autora de “Aceptamos Marido Como Animal de Compañía” y “¿Y para qué quiero enemigas?” que ahora regresa a la palestra con “Aceptamos Lagarta Como Princesa de Cuento”. Conocemos a esta autora porque en el año 2009 su primera novela inauguró el sello Esencia de novela romántica de la Editorial Planeta. Pese a que con insistencia se la ha encasillado en ese género ahora regresa con nueva novela, con nuevo sello editorial de humor de Alentia Editorial y gritando a los cuatro vientos más que nunca: “¡Mi novela no es un Chick Lit, es de género humorístico”.
Al ser éste tu tercer libro y guardar cierta relación con los dos anteriores, ¿catalogarías al conjunto de trilogía? ¿De ser así la darías por finiquitada?
Bueno, trilogía… mis libros no son continuación del anterior. Lo único es que yo, no sé por qué, metí un personaje común en los dos anteriores que era Serena de Brie; en todos ellos hay otro que es una cabra y sí he metido un protagonista de la primera en la tercera y otro de la segunda en la tercera también. A ver… que me lío… Se enlazan pero no se continúan. De hecho, como los personajes no se conocen entre sí porque pertenecen a distintas historias, no tienen nada en común. Uno se encuentra con otro, en diferente espacio, lugar y tiempo y, por supuesto, a nadie se le ocurre comentar con otro en qué momento se encontraron con una cabra y lo que estaba haciendo, ¡jajajaja! De hecho, si te fijas un poco cada capítulo es una mini-historia, aunque, en un punto determinado, la historia se va hilando y es justo cuando deja de estereotiparse, en cierto modo y comienza a ser una novela.
Preparando la entrevista he estado investigando sobre ti y me ha llamado la atención la biografía de tus dos primeros libros, ¿es cierto que te codeaste con famosas estrellas de rock? Cuéntanos un poco más.
Bueno, yo estudié Turismo, formación profesional de Hostelería y Técnico Superior de Relaciones Públicas, quería dedicarme a este sector, el del turismo y teníamos muchas prácticas en hoteles, eventos, congresos, ferias, etc… Debí ser de las afortunadas de esa época que tuve la oportunidad de conocer a muchos famosos, sobre todo, en hoteles y de ahí que tenga tantas anécdotas de abuela cebolleta… no sólo los Rolling o los Dire Straits, también Tony Curtis, Richard Jordan, Lukas Haas (¡qué chiquitito que era!), Astrud Gilberto, Falco, Sean Connery y su mujer, un montón.
Como te he dicho, he estado revisando todas las entrevistas que has concedido y en casi todas veo que aclaras: ¡No soy una autora de Chick Lit! Y yo pregunto: ¿qué tipo de autora dirías que eres?
Humor puro y duro. Simple y llanamente. Yo aviso para que nadie se lleve ninguna desilusión. El Chick Lit, en cierto modo, implica una trama romántica y yo, lo confieso, no lo soy. Al menos, no escribiendo. Para una lectora compulsiva y demasiado precoz de la lectura romántica de autoras como Jane Austen, las hermanas Bronté, Isabel Allende, Elisabeth Gaskell, Anna Rice, Ángelas Mastretta… creo que queda demasiado claro lo que se espera del género y yo, insisto, no lo cumplo. Quizás esa cualidad que implica el chick-lit de presentar una protagonista anti-heroína tipo Bridget Jones que, finalmente, progresa, madura y consigue cierto éxito (nada parecido a un gran logro), pues sí, tal vez mis protagonistas sean, de normales, casi caricaturescos, perooo, habría que hablar largo y tendido sobre esto porque yo veo muchos protagonistas del chick lit del tipo de las mujeres de Candace Bushnell… ¡En Sexo en Nueva York todas son señoras estupendas que visten genial, tienen muchísimo éxito en sus trabajos y, vamos, no necesitan mucho más!
En tus libros defines a la perfección muchos tipos de personas, ¿en tu vida tienes el mismo ojo analítico?
Sí. Jajajajaja, sin falsa modestia. Me encanta observar y lo hago bien.
En esta última novela: “Aceptamos Lagarta Como Princesa de Cuento” el que habla es un hombre; por así decirlo… “¿Te ha costado meterte en el papel?”
No. Estoy segura de que en mi vida anterior ¡¡Fui hombre!! Además, tengo montones de buenos amigos y muy íntimos. Casi es producto de muchas charlas ante dos cervezas o un par de vinitos en la barra de cualquier bar.
Ahora que estamos en confianza y que nadie nos oye… ¿cuál es la lagarta más lagarta que has conocido en tu vida y qué has aprendido de ella?
Ssssshhhhh, es un secreeeetooooo… Bueno, ha habido unas cuantas pero no he sido una buena estudiante, ¡no he logrado aprender nada de ellas! ¡Ojalá!, te lo aseguro, las hay que se lo montan muy bien.
He visto que estás casada hace bastantes años… ¿antes del príncipe besaste muchos sapos?
¡Ni te lo imaginas!
En mi búsqueda de información sobre ti en la red he encontrado algunas referencias a tus libros que los tildaban de “terapéuticos”. ¿Te has planteado escribir autoayuda?
En México una columnista de un periódico, haciendo una reseña de “¿Y para qué quiero enemigas?” la subtituló como “Letras que sanan”, me encantó. Quisiera saber quien fue para mandarle un ramito de flores o algo. Es un poco auto-ayuda en clave de humor, alecciona y tal pero no creo que ayude nada, si acaso por lo de la risa, ¿no? Que es muy saludable.
Antes de acabar, explícanos, ¿cuáles son tus nuevos proyectos?
Dejar de fumar… beber un poco meeenooos… hacer ejercicioooo… No, en serio, quisiera terminar todo lo que tengo comenzado o a medio acabar. Hay una novela terminada desde el 2010 que creo que terminará en la chimenea de casa de mi suegra en El Escorial, ¡no es que no acabe de gustarme es que la detesto! Y, para colmo de males, pude ser pionera en ese tema pero ya he visto un plagio de ideas y alguna muy similar. Y aun ando con una biografía de un señor que ya empieza a parecerse mucho también a eso… a la obra de El Escorial. Y, después, continuaría con otra que tenía buena pinta, tipo éstas, y la tengo a la pobre aparcada y con telarañas.
¿Nadie te ha dicho que tus novelas serían divertidas obras de teatro? ¿Has intentando moverlas en ese sentido?
¿Te parece? ¡¡Me encantaría!! Pero no sé yo.
Un pajarito me ha dicho que el día 1 de Marzo a las 19.00 presentas en Barcelona, nada menos que en la emblemática cafetería Pudding (Alicia en el país de las maravillas) , ¿nerviosa al jugar en campo ajeno?
Más que nerviosa, emocionada. Me encanta Barcelona, me encantan los catalanes y, bueno, siempre soñé con irme por allí a vivir una temporadita para escribir algo. En mis novelas hay demasiado Madrid. Me pide el cuerpo situar la historia allí. Y ya si la temporada se alargara y pudiera hacerlo en su idiomaaa… ¡Fíjate qué lujazo!
0 comentarios:
Publicar un comentario