Lo último de C.Pérez de Tudela

Descubre la última aventura de Daphne McGraw tras "Disparatado Asesinato en el Upper East Side".

Vuelve C.Pérez de tudela

"Extraña luna de miel", la apuesta más irreverente y provocativa del autor de la trilogía "Los Misterios de Daphne".

Un manual para tu día a día

Un libro que te cambiará la vida y te enseñará a cómo hacertela más fácil.

sábado, 28 de abril de 2012

Mujeres Desempleadas - CAPITULO 4: El cuerpo de la ley


Los siguientes días al descubrimiento de mi cuerpo fueron más extraños si cabe, incluso más que los días cercanos a mi muerte. Supongo que de un modo u otro ahora si que verdaderamente todo había cambiado. Encontrar el cuerpo digamos que oficialmente significaba que existía un problema, un problemón vaya.

Hasta cabía la posibilidad de que todo fuese un mal entendido, una confusión, una situación absurda que acabaría teniendo una explicación lógica, pero al encontrar mi cadáver todo ese mundo de esperanzas y fantasías se había roto. Ya nada volvería a ser igual, mi asesinato había rajado ya del todo el fino tapiz de esperanzas de aquellas pobres y desesperadas mujeres.

El día más destacable a continuación del descubrimiento de mi muerte fue la mañana en que el inspector Coronado se presentó en el bloque para hacer preguntas. Era un hombre lo que se dice hombre, de aspecto descuidado pero estudiado, tosco y rudo como debía serlo un policía de los de antes, pelo negro color azabache, ojos castaños profundos como la noche y tez oscura casi oliva, un autentico latin lover.

En cuanto lo vi me enamoré de él, debo reconocerlo. Pero que iba hacer yo en mi estado más que mirar, comerme los mocos porque otra cosa no venía al caso. La verdad es que aquel instinto sexual ultratumba me sorprendió sobre manera, después de todo era cierto eso de que hay vida después de la muerte, incluso por debajo de la cintura añadiría yo. Aquel hombre me encendía el horno como no lo había hecho nadie antes, incluso muerta, que hay que reconocer que tiene muchísimo merito.
Como era de preveer la visita de un policía a nuestro bloque no fue bien recibida por los vecinos, por allí la pasma no era muy querida, siempre que aparecían era para causar problemas. Pero en aquella ocasión, no, aquella vez habían venido para esclarecer las circunstancias de mi asesinato y me parecía una falta de respeto aquella poca colaboración.

La primera puerta a la que llamó aquel pedazo de hombre fue a la de mi amiga Gabri. Por razones evidentes, ya sabéis, el tema de sus papeles y sus devaneos en el mundo de la prostitución, no abrió. Se limitó a esconderse rezándole a su estampita de la virgen de Guadalupe para que la protegiese, para que no permitiese que la devolviesen a su país.

Aparentemente mal humorado desistió y se encaminó hacia el piso de Bib, era obvio que alguien le había indicado quienes eran mis amigas sino ese atino a la hora de escoger pisos me parecía sospechoso. Cuando estuvo frente a su puerta golpeo tres veces y esta se abrió, Bib decidió escuchar lo que aquel agente tenía que decir sobre mi asesinato:

-         Buenos días… -dijo el agente Coronado observando la exquisita clase extrarradial de mi amiga que llevaba puesto un salto de cama negro la mar de seductor.
-         Vaya, pensé que sería otra persona, que vergüenza –digo tapándose con el batín, ambas sabíamos que lo había hecho expresamente, sobretodo porque minutos antes había fichado al policía desde su ventana.
-         Descuide, no le robaré mucho tiempo.
-         ¿Quiere pasar? –preguntó sin desistir en aquel evidente coqueteo.
-         Si, claro. Imagino que sabrá para que he venido.
-         Lamentablemente, si.
-         Pues entonces será mejor que no ande con rodeos…
-         ¿Quiere una cerveza o un café o algo que yo tenga y usted quiera poseer? –de las cuatro Bib era la mas culta. Eso era debido a que leía muchas novelas guarras de esas de hombres musculosos en las portadas y doncellas con la ropa hecha gironés que compraba a un euro en el Carrefour. Toda aquella literatura le había dado muchísimo vocabulario fino que la hacía más distinguida si cabe- ¿No hace calor aquí?
-         Yo estoy bien. En fin, quería comentar unos cuantos detalles en referencia a la desaparición de su amiga –sacó un bloc de notas y se preparó para desenfundar- ¿Porqué no denunciaron su desaparición si realmente creían que le había pasado algo?
-         Pues verás. ¿Te puedo llamar de tu?
-         Si, claro. Sin problema, prosiga.
-         Pero solo si tu me llamas Bib, no me gusta eso de usted hace a la gente muy estirada ¿no crees?
-         Puede. ¿Cuándo fue la última vez que viste a Maria Alicia?
-         Pues antes de que se marchase al pueblo, no sé, unos cinco meses y pico.
-         ¿Al pueblo? –preguntó tomando notas.
-         Si, ella tenía familia en la alpujarra. Cuando vimos que no estaba creímos que se había marchado al pueblo sin avisar.
-         ¿Lo había hecho alguna vez?
-         La verdad es que no.
-         ¿Entonces porque te pareció normal?
-         Cálmate moreno –dijo Bib reposando sobre la butaca, cualquiera diría que planeaba copiar el momento interrogatorio de la película instinto básico. Sacó del bolsillo de la bata un paquete de tabaco y se encendió un cigarrillo de manera sensual.
-         ¿Dice que aquí no se puede fumar agente? –susurró descruzando las piernas.
-         Yo no he dicho nada… -contestó Coronado muy desconcertado- ¿Podrías contestar mi pregunta?
-         Me importa un bledo que esto sea un edificio publico –añadió prosiguiendo el guión de Sharon Stone.
-         Mire señora, será mejor que me marche, pero piense que yo estoy de su parte. Yo quiero averiguar que le pasó a su amiga y todo lo que me pueda ayudar usted y sus otras tres amigas irá a favor de la pobre María Alicia. ¿Me entiende?
-         Cariño, no me llames de usted, me haces sentir como si fuese mi madre –contestó poniéndose en pie y acercándose al policía.

Cuando alargó la mano y suavemente la posó sobre el paquete de Coronado me tapé los ojos, no estaba en mis planes ver como mi amiga le hacía una mamada a ese policia buenorro, pero sucedió algo imprevisible. El agente le retiró la mano con delicadeza y le dijo:

-         En serio Bib, realmente quiero averiguar quien mató a tu amiga y no creo que sea buena idea continuar por este camino –metió la mano en su bolsillo y sacó una bolsa de plástico en la que estaba envuelto el anónimo que me hicieron llegar la mañana de mi muerte- ¿Sabías de la existencia de esto?
-         Claro que si. Los hay de diferentes capas, colores o aromas… -contestó mosqueada porque acababa de ser rechazada por un hombre, cosa que no le sucedía a menudo.
-         Mira por el otro lado, por favor.
-         ¡Cielo santo! –exclamó profundamente asustada.
-         ¿Ahora vas a colaborar?
-         En todo lo que necesites…

Se hizo un silencio y Bib se llevó la mano a la boca, como si le hubiese venido una arcada. De repente se sintió muy mal por como se había comportado, de pronto se había dado cuenta de que era una estúpida, de que yo estaba muerta y que mi asesino andaba suelto. Súbitamente calló en la cuenta sobre algo que hizo que su sangre helase de golpe: “Mi muerte no había sido ningún asesinato fruto de estar en el sitio equivocado en el momento erróneo, no, mi asesinato había sido algo planificado. Mi asesino era alguien que realmente me odiaba, alguien que pretendía hacerme pagar por algo que yo había hecho. De golpe había entendido que quizás la venganza no acababa en mí.”



MINI-SERIE PATROCINADA POR: "Disparatado Asesinato en el Upper East Side" de C. Pérez de Tudela. Pásate por amazon y adquierelo por solo 3.88€

jueves, 26 de abril de 2012

Confesiones de una extraña: Serendipia

Hoy una conocida me ha explicado una historia, algo que me ha parecido casi un cuento, una narración de esas que nos emocionan y hacen que nos planteemos si realmente existe el destino. Mi fuente, la cual llamaremos Love Hunter, me ha explicado que hará cosa de 8 años o así decidió comprarse un piso. Como los precios de la ciudad no estaban a su alcance, la búsqueda la centró en las afueras de la urbe, en el extraradio de la ciu
dad. El caso es que concertó diversas visitas con comerciales de inmobiliarias y no dio con lo que quería. El tiempo de búsqueda se alargó más de lo que esperaba y por ello con el paso de los meses fue perdiendo la esperanza. Un día, acompañada de un amigo, fue a ver uno de esos horrorosos y desalentadores pisos pero se equivocó de dirección, acabo en un pueblo diferente. Paseando por sus calles su amigo le dijo: ¿No será ahí donde has quedado para ver el piso? Y ella le contestó: No creo, ¿no es visto que barrio y que edificio más bonito? Por el precio que ponía el anuncio no puede ser, yo jamás viviré en un sitio así. El tiempo paso y tres años más tarde conoció al que actualmente es su marido: ¿Sabéis qué? Él vivía en ese edificio, el mismo edificio en el que ella acabo viviendo cuando decidieron casarse. ¿Qué os parece? ¿Sabíais que este tipo de casualidades del destino se llaman Serendipias?  Pues si, así es como se llaman. Son pequeñas casualidades, errores nimios que comete el destino previsualizandonos algo que nos sucederá, ironías que componen pistas las cuales si interpretamos correctamente nos llevaran de manera más rápida a lo que ya está escrito. ¿Creéis en estas cosas? Adelante, opinad, comentad y si queréis explicad vuestras propias anécdotas Escrito por Lyly, Patrocinado por: Disparatado Asesinato en el Upper East Side, de C. Pérez de Tudela.

lunes, 23 de abril de 2012

Disparatado Asesinato en el Upper East Side - CAPITULO 10

La noche ha caído ya sobre la ciudad casi sin haberme dado cuenta. Ahora estoy frente al Flatiron sopesando los pros y contras de hacer lo que estoy a punto de hacer. Mientras estaba en el taxi me sentía convencida y segura de mi misma, pero ahora no, la majestuosidad edificio me hace sentir pequeña. 

De repente un extraño temor se ha apodera de mí y durante un instante desisto. Pero no lo hago, continuo allí, de pie frente a mi oficina. Reflexionando un poco más.

Bien pensado, no entiendo porque le doy tanto crédito a lo que me ha dicho Marión, al fin de cuentas solo la conozco desde hace unas horas. Aun así no logro callar su voz en mi cabeza: “Hazlo, te sentirás como nueva. Será como arrancar una tirita, puede que te duela, pero una vez lo hayas hecho serás libre.”

Respiro profundamente, entro en el edificio y me voy al índice de empresas para buscar el piso en el que probablemente trabaje Billy, espero encontrarle aún en la oficina.

Piso 20: Hamilton & Mackenzie Business Finance.

Entro en el ascensor. Marco el piso 20. Voy sola, a estas horas de la noche no suele haber demasiada gente por aquí. El hilo musical del ascensor me parece atronador. Serán mis nervios o que voy sola, pero me parece que está tremendamente alto.

Ya voy por el piso 15 y comienzo a repasar rápidamente lo que le diré a Billy. Quiero ser rápida y contundente. Realmente no espero quedar satisfecha con la explicación ya que no tiene excusa alguna, pero me gustaría no dejarme llevar por el resentimiento y dejar que se explique por completo. Haré un ejercicio de auto-contención, respiraré hondo y no abriré la boca hasta que acabe con independencia de lo que me diga.

Soy una mujer adulta, suficientemente madura como para estar por encima de según qué. Porque de repente haya regresado de manera fortuita a mi vida no me comenzaré a comportar como si fuese una quinceañera enamorada. ¡Crin!, Suena la campanilla del ascensor y salgo como despedida.

Voy caminando por el pasillo hasta llegar a la puerta de Hamilton & Mackenzie Business Finance. La puerta de entrada está abierta, entro con sigilo traspasando la recepción y oigo a lo lejos la voz de Billy. Está hablando con una mujer:

- ¡No cederé a tus chantajes! –escucho que grita.
- Sino me das lo que es mío te arrepentirás –replica la mujer enfurecida.
- ¡Búscate la vida de una vez por todas! –Billy está realmente alterado, quizás no sea el momento más adecuado para hablar sobre lo nuestro- Primero viviste de tu padre, luego de mi… ¡Pobre del próximo al que le chupes la sangre!, ¡Eres como una garrapata!
- Mide tus palabras o…
- ¿Qué? –Pregunta con sequedad- ¿Qué me vas a hacer?
- Vigila tus espaldas… -añade rápidamente esa gélida mujer previo al cuelgue seco de la llamada.

Lo que acabo de escuchar me ha dejado la sangre helada. Me parece increíble que Billy haya acabado con una mujer que lo trata con tan poco respeto. Al margen de lo que nos sucedió a nosotros Billy era una muy buena persona. ¿Puede haber cambiado tanto en estos años?

Decido post poner el asunto unos cuantos días y darle una pequeña tregua. Cuando me estoy retirando me doy cuenta de que alguien ha entrado en el despacho. Puedo ver su silueta a través del cristal opaco que separa el despacho de Billy del pasillo. Despreocupada me giro de nuevo y camino hacia el ascensor. La voz del hombre que ha entrado en el despacho es muy grave y escucho con total claridad:

-Deberías vigilar con quien haces negocios… -la frase llama mi atención y observo desde el quicio de la puerta- …esta vez te va a salir caro.

Creo que me he quedado pegada al suelo, todos mis músculos se han quedado rígidos, soy incapaz de moverme. Noto como un tembleque nace en los dedos de mis pies y poco a poco va subiendo hasta llegar a mis rodillas. Entonces noto como me balanceo e intento recobrar la calma.

- ¡He sido testigo de un asesinato!

Tras el amenazante mensaje de aquel misterioso individuo veo como levanta la mano derecha empuñando un arma y a sangre fría dispara a Billy. El disparo suena amortiguado, muy por debajo de lo que yo imaginaba que sería un disparo, acto seguido el individuo se echa a reír y dice:

- ¡Por un trabajo bien hecho!

La frase hace que me estremezca. Todo mi sistema nervioso se pone en marcha y salgo corriendo. Mientras recorro el pasillo hasta llegar al ascensor noto como si alguien me observase, pero me resisto a girarme. Presiono el botón con fuerza rezando para que las puertas se abran con rapidez. Y cuando al fin entro en este me dejo caer y me echo a llorar. ¡He perdido a Billy para siempre!

Estoy sintiendo exactamente la misma sensación de desamparo que experimenté cuando la señora Tingle me dijo que mi padre había muerto. Me sentí abatida y abandonada. ¿Dónde estaba Billy?, ¿por qué no estaba conmigo en ese momento?, ¿por qué no dio señales de vida en los días posteriores?

De repente me doy cuenta de que esas preguntas quedarán para siempre sin respuesta y un punzante sentimiento de pena me embarga por completo. De un modo que no esperaba finalmente pasaré página.

Continuará...

sábado, 21 de abril de 2012

Mujeres Desempleadas - CAPITULO 3: Un día Cualquiera

Sucedió una mañana como cualquier otra, paso sin previo aviso, como suelen suceder las grandes tragedias. Bib estaba sentada en la mesa de su comedor recortando cupones y comparando ofertas cuando escuchó la noticia.

“Fuentes cercanas a la investigación aseguran que el cuerpo encontrado no guarda relación con la oposición a la construcción del casino declaran que tan solo se trata de un nuevo infortunio en el polémico caso “Eurovegas”. La victima ya ha sido identificada, se trata de Maria Alicia Soto Real, vecina de la zona. Fue hallada durante las labores de excavación. Los operarios que encontraron el cuerpo aseguran que el estado del cadáver es de avanzada putrefacción. Así mismo declararon que presentaba signos evidentes de violencia. ¿Estaremos ante otro macabro caso de violencia de género?”

De repente Bib dejó caer la tijeras y se puso en pie. ¿Era cierto lo que acababa de escuchar? Confundida miró el transistor como si este la estuviese mintiendo intencionadamente. Tardó algunos segundos en reaccionar, lo suficiente como para que alguien al otro lado del piso golpease con contundencia la puerta:

-         ¡Nena abre! –exclamó Lina desde el rellano- ¡Es horrible, abre!

Obviamente Lina ya se había enterado:

-         Voy… –contestó Bib con un hilillo de voz.

Al abrir la puerta se percató de que Lina no se había maquillado, cosa extrañísima en ella, ni si quiera se había escondido la nuez, saltaba a la vista que la noticia la había turbado lo mismo que a ella:

-         ¿Lo has oído? –preguntó temblando.
-         Ha de ser un error. No puede estar muerta.
-         Pero ya lo has oído. Han dicho su nombre –para Lina todo lo que se decía en la televisión era cierto por ello estaba rotundamente convencida.
-         Tenemos que hablar con las otras, ven.

Juntas fueron hasta la cocina y Bib abrió la ventana para asomarse al patio de luces:

-         ¡Gabri! –gritó del mismo modo que gritaría la palabra “socorro”- ¡Susana!
-         Tira una pinza a la ventana de Gabri que la muy perra seguro que aún esta durmiendo. Ayer por la noche cuando salí a tirar la basura la vi por el parque, ya sabes… Seguro que se acostó tarde –explicó Lina maliciosamente.
-         Ahora no es el momento de cotillear. Puede que Alicia esté muerta.
-         ¿Qué pasa? –gritó Susana desde su piso.
-         Baja coño, que la Alicia está muerta –gritó Lina demostrando una evidente falta de tacto.
-         ¿Qué Alicia está en la huerta? –contestó Susana asomándose- ¿En que huerta?
-         ¡Muerta cojones! ¡Muerta! ¡Podrida! ¡Enterrada! ¡Fiambre!
-         Cállate de una puta vez Lina que me estás poniendo nerviosa –exclamó Bib- ¡Susana baja que tenemos un problema!
-         Enseguida voy. Echo las espinacas en el potaje y bajo.
-         ¿Qué son tantos gritos? –dijo Gabri asomándose también.
-         Gabriela, baja enseguida a mi piso.
-         Ya voy, wey.

Efectivamente era una mañana como tantas otras, un día normal, salvo por el hecho de que yo ya no estaba allí. Que mis amigas se enterasen lo hacía definitivo, como si ahora verdaderamente si que estuviese muerta. Era una sensación extraña, en parte me sentía triste por lo que me había sucedido, pero por otro lado estaba feliz de que ellas ya estuviesen al tanto. Me puse contenta de que al fin alguien fuese a hacer algo para atrapar a la persona que me había asesinado.

Y entonces pasó lo que yo esperaba que pasase. La ventana del piso donde vivía mi verdugo se abrió, no mucho, lo suficiente como para escuchar la conversación que tenían mis amigas en el piso de Bib, lo bastante como para estar al tanto de cómo se sucederían los próximos acontecimientos.

En ese momento una especie de estallido de ira hizo que flotase, que me elevase lo suficiente como para llegar a la altura de la ventana. Una vez allí me tope una vez más con el rostro de la persona que me asesino. Sonreía con malicia, con orgullo por lo que había hecho, y entonces caí en la cuenta de algo que ni si quiera se me había pasado por la cabeza:

Mi muerte puede que tan solo fuese la primera. Ahora ellas estaban en peligro. 

MINI-SERIE PATROCINADA POR: "Disparatado Asesinato en el Upper East Side" de C. Pérez de Tudela. Pásate por amazon y adquierelo por solo 3.88€

jueves, 19 de abril de 2012

Disparatado Asesinato en el Upper East Side - CAPITULO 9


Ha pasado ya un rato y aún me siento ruborizada. Ha sido una situación completamente embarazosa. Cuando he salido del local me he dado cuenta de que era un establecimiento de relax para adultos: “Hot Bodies & Care”

Como recompensa Karmica al salir del local rápidamente he encontrado un taxi y me he montado en él. Voy de vuelta al Flatiron a recoger a Ash a la oficina, pero no sin antes hacer una parada en una de las plantas inferiores. De pronto suena mi teléfono móvil. Veo en la pantalla la fotografía de Josh:

- ¿Dónde te has metido todo el día?-pregunta ansioso, oigo mucho ruido a su alrededor.
- Trabajando. ¿Y tu donde estás?, ¿Qué es ese ruido?
- Estoy en el Madison –contesta gritando- Estoy viendo un partido de Hockey.
- ¿De Hockey? –pregunto con incredulidad- ¿Tú?
- Sí, estoy buscando un buen mocetón –confiesa con completa naturalidad. ¿De donde habrá sacado semejante idea?
- Esta mañana he leído en una revista que para encontrar el amor hay que salirse de los senderos que habitualmente uno recorre… -dice haciendo una pausa y de pronto lo oigo gritar- ¡Eso ha sido falta arbitro! –de nuevo una pausa y escucho como le dice algo a alguien cercano a él- ¿No te ha parecido falta?, guapo…
- ¡Josh! –grito intentando captar su atención, el taxista me mira de reojo por el espejo extrañado- Tengo algo importante que explicarte.
- Dime, cara. Soy todo oídos. ¡gol! –de pronto escucho una voz que no conozco.
- En Hockey cuando un jugar marca se dice que ha anotado un punto. No se les llama goles.
- Ahhh… -escucho que Josh está a punto de insinuarse- ¿Cuándo acabe el partido querrías tomarte una cerveza conmigo y explicarme estas cosas mejor? –hay un momento de silencio con mucho ruido ambiental y al fin el desconocido dice.
- Eso está hecho.
- ¡Josh! –grito de nuevo.
- Todo tuyo, perdona. Tenía que ser ahora o nunca…
- Bien, escucha atentamente. –explico tomando una bocanada de aire- ¡esta mañana me he encontrado con Billy!
- !!!!!!!!¿Billy?¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ -exclama escandalizado.
- Si,… Billy Mackenzie. Ahora resulta que trabaja en mi mismo edificio.
- ¿Tu Billy? –dice como si hubiese entrado en estado de shock- ¿El Billy de Stony Point? –toma aire y de repente me dice de carrerilla- ¿El Billy que te plantó? ¿El mismo que te rompió el corazón y te dejó emocionalmente disfuncional? ¿El… -de pronto lo corto.
- ¡Si!, Es ese Billy. No hace falta que hurgues en la herida.
- ¿Y que le has dicho?, ¿Qué te ha dicho él a ti?, ¿Qué ha pasado?, Cuéntamelo todo –me dice prácticamente enloquecido.
- No le dije nada. Me quedé bloqueada, pero…
- ¿Vas a volver a verle?
- Si. De hecho ahora mismo voy a su oficina.
- ¿Habéis quedado?
- No exactamente, he decidido ir y decirle todo lo que pienso. Espero pasar página de una vez por todas.
- ¡Bien hecho! –de nuevo se pone a gritar. ¿Me lo dice a mi o al equipo que está jugando? - ¿Quedamos luego y me explicas que te ha dicho?
- De acuerdo. He quedado con Ash para animarla…
- ¿Qué le pasa?
- La ha dejado el novio.
- ¿Ash tenía novio?
- Es una historia muy larga. Te lo explico luego mejor. ¿Quedamos a las 21.00 en el Chic Flamingo?
- De acuerdo, hasta entonces. Suerte con Billy.
Al colgar me siento fuerte y animada, deseosa de zanjar el asunto y mirar al mañana de una manera diferente. Siento que algo ha cambiado dentro de mí, ¿Es posible que un encuentro fortuito te cambie de manera radical? Mientras espero a que el taxi me lleve a la oficina me acurruco en el asiento intentando relajarme por completo.

Sin poder evitarlo mi cabeza vuela a la noche del baile de graduación. De pronto estoy de nuevo en el año 1989 y de fondo suena el “Like a Prayer” de Madonna. Estoy bailando tan acompasada que incluso siento como el ritmo de las notas musicales guía mis movimientos, me muevo con una sincronía perfecta. Las luces de colores giran locamente sobre mi piel y no puedo dejar de pensar que soy feliz. 

De repente es como si el momento se ralentizase. Todo pasa a suceder a cámara lenta. Veo como la señora Tingle se aproxima con decisión hacía mi. Algo malo está sucediendo, su cara refleja preocupación, su rostro está prácticamente desencajado. Miro a mi alrededor buscando a Billy y no lo encuentro, ¿Estará bien?, ¿Le habrá pasado algo?

Suavemente la señora Tingle me retira de la pista de baile hasta acompañarme al pasillo, fuera del gimnasio donde se está celebrando la fiesta y respirando profundamente me dice:

- Cariño… -dice mirándome con los ojos llorosos- Has de ser muy fuerte e intentar no venirte abajo.
- ¿Qué ha pasado? –Pregunto al borde del ataque de nervios- ¿Es Billy?, ¿Le ha pasado algo a Billy?
De nuevo me coge las manos, la suyas están temblando, me abraza fuerte y me dice con extrema desesperación:

- Tu padre ha tenido un accidente de coche mientras venía a recogerte…
- ¡¿Qué?! –pregunto intentando convencerme de que no está pasando- ¿Cómo?... ¿Cómo está?
- Cariño... –veo como un par de lagrimas brotas de sus ojos y me siento morir, sé lo próximo que dirá- Tu padre ha muerto…

Si esta historia te ha gustado y deseas leer los siguientes capítulos adquierela en amazon en versión ebook por tan solo 2,99€ o en edición papel por 12€ en este mismo blog desde el botón ubicado en el lateral. Aprovecha, toda esta siguiente semana los gastos de envio serán gratuitos.

martes, 17 de abril de 2012

Disparatado Asesinato en el Upper East Side - GRAN SORTEO


Por cortesía de C.Pérez de Tudela y en colaboración con “Lios&Libros” os presentamos un sorteo único. Os ofrecemos la oportunidad de conseguir 3 ejemplares gratuitos de la novela que está siendo la revolución de la red estos últimos días: “Disparatado Asesinato en el Upper East Side”

El concurso consiste en una guerra de puntos. Las reglas son claras, los usuarios que más puntos tengan en el momento del cierre del concurso conseguirán una de las tres copias del ebook que sorteamos.

¡Ánimos y Suerte a todos!

Sorteo activo desde hoy 17 de Abril hasta el 31 de Abril a las 23:59.


Obligatorio:
  1. Ser seguidores de booksandtrouble.blogspot.com + 2 puntos
  2. Enviar un correo electrónico con el motivo del asunto "Sumate al Lío" a la dirección: comercial@liosylibros.com

Como conseguir puntos para Ganar:

  1. Añadir un comentario en las entradas del blog sumará 1 punto Extra: + 1 punto
  2. Añadirse al grupo de la novela en Facebook sumará 1 punto Extra. El nombre del grupo es “Lio Disparatado en el Upper East Side”: + 1 punto
  3. Anunciar el sorteo o la novela “Disparatado Asesinato en el Upper East Side” en las redes sociales Facebook o Twitter : + 1 punto
  4. Si colocas el banner en tu blog conseguirás:  + 3 puntos Copia el siguiente código: <script src="http://h2.flashvortex.com/display.php?id=2_1334663630_50504_475_0_300_250_9_2_17" type="text/javascript"></script>
  5.  Si anuncias el sorteo o la novela “Disparatado Asesinato en el Upper East Side” en tu blog conseguirás: +5 puntos




lunes, 16 de abril de 2012

Mujeres Desempleadas - CAPITULO 2 : El anónimo


ADVERTENCIA: Un blog vive a base de comentarios, de seguidores, de personas que participan... Si te gustan las historias que colgamos y quieres que continuemos únete al blog y participa. De lo contrario entenderemos que la mini serie no interesa.

Recuerdo aquel amanecer especialmente negruzco, casi descolorido, como si el día no quisiese comenzar, como si mi cuerpo se negase a ponerse en marcha.

La mañana antes de ser asesinada no fue como tantas otras. Ese lunes no vi el programa de Ana Rosa, ni tuve ánimos para ver mujeres, hombres y viceversa, ese lunes para la hora en que empezaba sálvame yo estaba que me moría. Me moría de los nervios.

De buena mañana alguien golpeó tres veces a la puerta del piso. Lo recuerdo porque cuando sucedió me estaba haciendo los rabillos del ojo con mi eye-liner y el sobresalto hizo que se me escapase quedándome con un ridículo aspecto a lo Cleopatra. Para cuando llegué a la puerta allí ya no había nadie, tan solo un rollo de papel de water. Miré a un lado y a otro del rellano pero allí no había absolutamente nadie, nada, tan solo aquel rollo. Como los tiempos son los que son, y yo tenía el dinero que tenia, lo cogí. Lo interpreté como un extraño regalo de alguno de los vecinos. Volví al cuarto de baño y allí se quedó.

Como el resto de mañanas me preparé un café mientras me echaba un piti y observé los bastos terrenos extrarradiales que se extendían más allá de aquel destartalado bloque. Dejé volar mi imaginación y por un segundo escapé de allí, viaje a otra parte, a un lugar donde todo fuese más fácil, un lugar donde no fuese una muerta de hambre.

De repente un retortijón interrumpió mi momento trascendental y corrí hasta el baño para dejar caer los buñuelos de viento. Estando sentada en la fría taza señor roca caí en la cuenta de que no me quedaba papel de water. Fue entonces cuando de todo corazón agradecí aquel extraño regalo. Cogí el royo y estiré del papel, se notaba que era bueno, no como el que yo solía comprar en los chinos, limpiarme con él sería gloria, no debería preocuparme por mis almorranas.

Y entonces pasó lo peor del mundo; Descubrí que alguien me había dejado un mensaje en la cara interior del royo de papel, estiré poco a poco y la leí. La nota decía así:

“Sé lo que has hecho, me dan nauseas, y lo voy a contar…”

La verdad es que lo primero que pensé es que cagar, caga todo el mundo. Sobretodo si era eso a lo que se estaba refiriendo y máxime cuando el anónimo venía en un royo de papel de water. ¿Cuándo se pensaba quien me lo dejó que me lo leería? ¿Quién me conocía tanto como para saber que esa era la hora en la que me entraba el apretón? ¿Quién podía preveer que yo vería exactamente en ese momento la nota?

“… si quieres que no lo cuente preséntate esta tarde cuando caiga el sol en el algarrobo, junto al río.”

De pronto la sangre se me heló. Bien pensado, creo que ese fue el momento en que me pegaron la primera puñalada, el primer estoque que me llegó directo al alma. Me levanté de la taza, me subí el tanga y me puso uno de mis mejores chandals, salí del cuarto de baño y me dediqué a fumar viendo pasar las horas hasta que llegó el momento de acudir a la cita. ¿Sabéis que fue lo que más me cabreó de aquella nota amenazante? Lo que venía después de la P.D.

“P.D: Péinate payasa”

Si te ha gustado esta muestra GRATUITA adquiere el original en el portal Amazon y apoyo al autor. Consiguelo por tan solo 3.88€ IVA Incluido. Solo durante las siguientes 48h. http://www.amazon.es/Disparatado-Asesinato-Women%C5%BDs-Triology-ebook/dp/B007L3D7JK

viernes, 13 de abril de 2012

Disparatado Asesinato en el Upper East Side - CAPITULO 8


La quedada con Marion Klein se ha alargado más de lo que esperaba. Lo que en principio iba a ser un brunch se ha acabado convirtiendo en una comida y prácticamente hemos llegado a la merienda. Me he quedado fascinada con ella. Hemos conectado a la primera y realmente hemos hecho buenas migas. Sin saber como ha sacado de mí una fuerza que ni si quiera yo misma conocía y me ha dado valor suficiente para encarar mi problema con Billy.

Mientras camino hacía la parada de taxis más próxima a Le Cirque voy recapitulando lo que haré y lo que le diré a Billy. Quizás empiece diciéndole que no hay excusa que valga a lo que hizo. No, no, quizás empezar así es muy agresivo. Podría decir: “Por cierto, ¿que estabas haciendo durante el baile cuando mi padre murió en un accidente de coche?”. Demasiado a bocajarro.

No sé, quizá es mejor no pensar. Será mejor improvisar y ver como evoluciona la conversación sobre la marcha. Estoy caminando y me siento como si flotase. Eso es el alcohol que comienza a pasarme factura. Puede que debiera irme a casa y dejar para mañana la conversación con Billy. De repente recuerdo que he quedado con Ashley para animarla por lo suyo con Brian, su exnovio de fin de semana que se ha ido a Minsk.

Ya se lo que haré. Tal y como había planeado iré a darme un masaje o un baño en una cabina de flotación sensorial y así estaré completamente relajada para mi gran charla. Aprovecharé también para dormir un poco la mona porque he de reconocer que voy un poco contenta. Mientras avanzo calle arriba veo como voy haciendo eses.

Al llegar a la parada veo que no hay ningún taxi disponible y se me ocurre la brillante idea de meterme borracha en el metro. Pienso para mi misma que nadie se dará cuenta porque en el metro hay mucha gente rara.

Una vez dentro consigo sentarme en uno de los asientos y sin saber como me quedo traspuesta. Puede que unos segundos, quizás unos minutos...¡¿Llevo durmiendo 30 minutos?! Rápidamente me pongo en pié y veo que la próxima parada es “Queens Plaza” Subo pausadamente las escaleras con la esperanza de coger un taxi que me lleve directamente donde quiero ir y frente a la parada veo un centro de estética que se llama “Algo... Bodie Care” No logro ver bien el nombre, me acerco y veo la silueta de una mujer en el logotipo y definitivamente me decido a entrar:

- Buenas tardes -me contesta una mujer tras un mostrador- ¿En que puedo ayudarla?

- Pues me gustaría darme un capricho para el cuerpo -confieso distraídamente mientras miro a mí alrededor. No tiene pinta de centro de belleza.

- ¿Completo?

- ¿Que precio tiene? -pregunto desconfiadamente.

- Un completo son 100 dólares durante una hora.

- ¿Integral? -pregunto sorprendida. Me parece realmente barato masaje, flotación y tratamiento exfoliante.

- Si, claro. Completo -contesta de manera impertinente- ¿Mujer u hombre?

- Yo mujer -contesto sin entender muy bien por donde va la película.

- ¿Está borracha? -pregunta la señora sin ningún pudor- Aquí no queremos escándalos...

- ¿Yo?, para nada... Jet lag, eso es todo... acabo de llegar de un viaje de negocios desde Tokio y por eso quiero un poco de relax - ¿Me habrá creído?, no tengo pinta de venir de viaje.

- ¿Entonces quiere que se lo haga un hombre o una mujer? -pregunta con insistencia- ¿Quiere mirar el catalogo?

- No, no... Póngame a la que mejor lo haga.

Descuelga el teléfono y llama a una tal Katsumi. Me pide que la acompañe y abre una puerta corredera que hay junto al mostrador. Al abrirla una corriente caliente envuelve mi cuerpo, me muestra una especie de vestuario y me pide que guarde mis cosas en una taquilla y que me ponga una toalla.

Como puedo, pues aún me siento cargada, dejo mis pertenencias en la taquilla y me pongo la llave atada a la muñeca. Salgo tranquilamente al pasillo y veo una flecha que pone “jacuzzi”. Al llegar al borde veo que hay tres hombres que me observan de manera extraña. Instintivamente sujeto con fuerza la toalla y durante unos segundos dudo si meterme.

- Buenas tardes guapa –dice uno de ellos de una manera que me parece asquerosa.
Me siento violenta y me retiro tranquilamente. Como si hubiese olvidado algo en mi taquilla. Cuando estoy de vuelta en el pasillo me encuentro con la masajista. Educadamente me indica la sala de masajes:

- ¿Hace mucho que trabajas aquí? –pregunto intentando romper el hielo.
- Mucho –contesta con sequedad, probablemente porque no debe conocer bien mi idioma- ¡todo fuera!, ¡Bragas Fuera! –me ladra con mala educación.
- Pero… -digo con debilidad sujetando con fuerza la toalla.
- ¡Bragas fuera para masaje!
- Vale, vale…
Lentamente me revuelvo dentro de la toalla intentando quitarme la ropa interior sin quedarme desnuda. Me siento intimidada y muy incomoda, mientras estoy montando el numerito de striptease amateur me da un mareo y me caigo más allá de la camilla. Avergonzada me pongo en pie y sonrío a la masajista esperando una muestra de compasión y de repente dice:

- ¡Tiempo pasa!, Tú tumbarte venga.
Jamás había sido tratada tan mal, ¡Sobretodo pagando! Me siento tan mareada que me tumbo y me dejo hacer. Estando boca abajo me relajo y dejo que la masajista haga. Noto como comienza a masajear mi espalda con las manos, siento como comienza a deshacer los nudos de tensión que tengo en el cuello, comienza a acariciar suavemente mis omoplatos, mi columna, la parte baja de mi espalda, mis muslos…

De repente noto como posa su cuerpo sobre el mío. ¿Está desnuda?, creo que si. Puedo notar su piel caliente sobre la mía. ¿Continuo borracha dormida en el metro o realmente esto está pasando? El masaje aumenta la intensidad y comienzo a notar como golpea sus pechos contra mi espalda. ¡¿Pero que tipo de sitio es este?!

- ¡Vuelta! –grita la masajista.

Todo se comienza a nublar y un miedo irrefrenable me invade. Lentamente voy rotando hasta que llego a estar completamente boca arriba. Tengo los ojos cerrados. Estoy sudando y el corazón se me acelera. Poco a poco abro los ojos y es cuando casi sufro un infarto. Sentada sobre mi, completamente desnuda la masajista hace movimientos espasmódicos tratando de darme un masaje con su… ¡No puedo ni decirlo!
Automáticamente y casi sin pensarlo me pongo en pie. Sin darme cuenta por el espanto me he puesto en pie lanzando a la masajista al suelo. Entre la vergüenza, el miedo, la rabia y el arrepentimiento recojo mi sujetador y las bragas y salgo corriendo por el pasillo.

La masajista me persigue gritando por el pasillo y de pronto… ¡Zas! Se me cae la toalla, y los últimos metros hasta el vestuario los recorro desnuda. Con la mala suerte de que en ese momento los cerdos salidos del jacuzzi avanzan en dirección hacía donde voy. Creo que ahora si se me ha pasado el efecto de los margaritas.

Si esta historia te ha gustado y deseas leer los siguientes capítulos adquierela en amazon en versión ebook por tan solo 2,99€ o en edición papel por 12€ en este mismo blog desde el botón ubicado en el lateral. Aprovecha, toda esta siguiente semana los gastos de envio serán gratuitos.

martes, 10 de abril de 2012

Mujeres Desempleadas - CAPITULO 1: Día de Mercadillo


AVISO PARA LECTORES SENSIBLES: 
Cualquier parecido con los personajes originales no es más que una casualidad. De antemano pido disculpas por comentarios racistas, homofobos, insultos o expresiones malsonantes. Son solo expresiones que utilizarían el tipo de personajes que protagonizan la historia. Para nada son opiniones del autor o de la propietaria del blog.Ruego que nadie se ofenda.

Los días de mercadillo eran días muy especiales para mis amigas y para mí. Aunque todas estábamos en paro siempre rascábamos algún eurete de nuestros subsidios para comprarnos algún chandal o alguna braga a buen precio. Así fue hasta que me mataron. Después de ese fatídico día yo me límite a mirar con ellas lo pasaban bien.

Las cinco vivíamos en el mismo bloque de protección oficial, fue allí donde nos conocimos. Primero fuimos vecinas y más tarde amigas. Ya se sabe, compartir azotea para tender la ropa acaba uniendo.

A la primera que conocí fue a Bibi, más conocida como Bib. Se caracterizaba por ser un ama de casa clásica, adicta al orden y la limpieza, a parte de a los somníferos y los relajantes musculares. Las cuatro siempre ibamos los jueves a su casa a merendar y a jugar al bingo.

Después estaba Linnatte, antes conocida como Lolo, reconocida por sus amigas como Linna. Tras una caótica adolescencia marcada por los malos tratos del alcohólico de su padre Linna descubrió que lo quería ser era mujer y empezó a transvestirse. Tras la muerte por sobredosis de su hermana Lina se tuvo que hacer cargo de la educación del Jona, su sobrino, un delincuente juvenil de tomo y lomo.

Entre mis amigas también estaba la guacamaya de Gabriela, Gabri para las amigas. Esta era una peruana sin papeles que se metió de ocupa en uno de los pisos del bloque. Ir con ella al mercadillo era muy divertido porque siempre teníamos que estar huyendo de la policía por miedo a que le pidiesen el permiso de residencia. Aunque ella siempre lo negase todas teníamos la teoría de que se sacaba sus dineritos haciendo limpieza de sables por las noches en el parque de delante, pero esto tan solo es una teoría.

La última es Susana, más conocida como la Susi, mamá de la Jennifer y del Kevin José, mellizos. Esta era de todas mi mejor amiga. Sin lugar a dudas es la más tonta de todas, pero yo le tenía mucho cariño. Puede que fuese porque me daba pena, su marido la pega. O quizás la pena fuese porque también su hijo la pega, no lo sé, sea por lo que sea siempre ha sido a la que más cariño le he tenido. Es como si fuese una niña pequeña, inocente y entrañable. Es una lástima que haya tenido tan mala suerte en la vida.

Aunque visto ahora mismo la más desgraciada he sido yo, a ella por lo menos no la han matado. No todavía. Si pudiese darle un consejo ahora mismo le diría que siempre que le peguen una somanta de palos mire de ir presentable, así por lo menos cuando se la carguen estará presentable para salir en el tele-noticias.

Aquel día el mercadillo estaba especialmente tranquilo, para la hora que era no había demasiada gente, puede que las nubes que anunciaban tormenta tuviesen algo que ver, quizás también había ayudado que los mossos d´esquadra hubiesen paseado por allí.

A causa de la presencia policial mis amigas se habían escondido tras el furgón de la churrería para proteger a Gabri. Allí, escondido también, estaba Mohamed, un vecino del barrio que se ganaba la vida vendiendo cositas robadas:

-          Bonitas señoritas ¿Querer cosas que yo traigo? –preguntó mostrándoles un pañuelo en el que tenía diversas alhajas.
-          A ver, trae pa ca –dijo Lina- ¡Que anillaco más chanante! ¿No os parece? –dijo eufórica mostrando un anillo de brillantes de tamaño desorbitado.
-          Que poca clase que tienes nena… -dijo la Bib, siempre perfecta ella- Ahora lo que se lleva son los brillantes de Esbarroski.
-          Que Esbarroski ni que ocho cuartos catetorra –le replicó- Lo que se lleva es el oro. ¿Tienes algo de oro?
-          Si, yo tengo –dijo Mohamed revolviendo entre los objetos robados- Bonito pendientes. Muy bonitos y baratos.
-          ¡Licensiadas! –exclamó la Gabri- Estas joyas son de Maria Alicia.
-          Tienes razón –dijo la Susana igual de sorprendida- ¿De donde las has sacado?
-          Yo no saber –hizo una pausa y dijo apresurado- Primo mío Algeciras, mercancía buena, bonita y barata. No saber más.
-          ¡Mira moraco! –exclamó Lina dejando salir a Manolo de paseo- O nos dices de donde coño has sacado los pendientes de nuestra amiga o te doy tal ostia que te envío a Marruecos sin pasar por la aduana. ¿Me entiendes?
-          ¡Vale! ¡Vale! –dijo haciendo señales de paz- Ayer yo encontrar en descampado.
-          ¿Qué descampado? –preguntó la Bib inquisitorialmente.
-          Allí donde río, donde construir casino…
-          ¿Y que harían allí sus pendientes? –preguntó la Susana a las demás.
-          No lo sé, pero esto no es normal –dijo la Lina- Tendríamos que intentar averiguar que le ha pasado. Ya no me creo que esté en el pueblo. No es normal que no haya llamado en todos estos meses.
-          ¿Y los Whatcha qué? –preguntó la Susana.
-          Cualquiera podría haberlos escrito. ¿No habéis notado que para ser ella casi no había faltas de ortografía? –dijo la Bib.

Durante los siguientes minutos se miraron las unas a las otras y yo me cagué en la puta madre de Bib por su amable comentario. Cuando ataron cabos la primera en hablar fue la Gabri:

-          Chiquitas ¿Han pensado que quisas alguien quiere que creamos que Maria Alicia está bien, cuando en realidad está en verdaderas dificultades? –preguntó retirándose el flequillazo engominado para un lado- Ahorita mismo deberíamos hablar con el ex de ella… Por fuerza tiene que saber algo…
-          Creo que es lo más sabio que has dicho desde que nos dijiste que te estabas pensando volverte a tu país –añadió la Lina con aplomo- ¿Veis porqué la llamo Guacamaya?
-          ¿Por qué? –preguntó la Susana con inocencia.
-          Porque las pilla al vuelo… -contestó la Lina sonriendo.

Así fue como mis amigas empezaron a sospechar que algo misterioso me había sucedido. En sus manos tenían la primera pieza del puzzle que iba a conducirlas hasta la persona causante de mi muerte.


MINI-SERIE PATROCINADA POR: "Disparatado Asesinato en el Upper East Side" de C. Pérez de Tudela. Pásate por amazon y adquierelo por solo 3.88€