martes, 31 de marzo de 2020

Reseña: Deseo que venga el diablo, Mary MaClane

“Montana, 1902. En la comunidad minera de Butte nadie imagina que la joven Mary está a punto de convertirse en una autora de fama mundial. En apenas un mes, la crítica se rinde ante su talento y “Deseo que venga el Diablo” se convierte en un best seller, con cien mil ejemplares vendidos.
Por todo el país aparecen clubes de escritura que imitan su estilo. Recibe ofertas de periódicos para escribir artículos en los que ella debe aparecer como el tema principal.
Ha estallado el escándalo MacLane. Deseo que venga el Diablo es una obra de adolescencia extremadamente original, moderna y sorprendente, una escritura de gran personalidad que trasciende tanto el género de los diarios íntimos femeninos como la época en la que fue publicada, y que convierte a su autora, como en una premonición, en la primera bloguera de la historia”.

Este es un libro que nos llega volando a través del tiempo para aterrizar en nuestras manos un siglo después de haber sido escrito. Un libro rompedor donde los haya en la época que fue escrito.

Es bien cierto que denominan a Mary MaClane la primera blogera de la historia, porque aunque su libro es un diario íntimo donde ella desnuda día a día su alma, no fue escrito con la intención de permanecer a la sombra oculto en un cajón, sino para dar el gran salto y ser expuesto a las miradas curiosas de todo aquel que quisiera leerlo, y lo de menos fue si esas miradas iban a comprenderla o iban a escandalizarse.

Parece mentira que unas confesiones tan rompedoras y provocativas pudieran tener la resonancia que tuvieron un siglo atrás, no olvidemos que fue escrito en 1902, en una sociedad que se escandalizaba de todo por todo, y aún más, proviniendo de una mujer y para más inri de diecinueve años. Pero su libro, sin lugar a dudas, tuvo un éxito acaparador.

Mary MaClane escribe en sus páginas con toda la rabia y la fuerza de la juventud, en esa etapa de la vida en la que uno cree que el mundo entero está en su contra, cuando se busca sin encontrar ese lugar en el mundo en el que se pueda encajar. Cuando la relación con la familia no es un vínculo que une sino que separa, porque uno no se siente amado ni comprendido. Con la frustración y la impotencia de no pertenecer ni aquí ni allá, de no poder distinguir un futuro ante sí ni un presente en el que apoyarse para impulsarse hacia delante. Con toda la rebeldía de la juventud latente en cada poro de la piel. Cuando se está inmerso en la típica fase depresiva de la adolescencia donde se está dejando atrás la infancia y se está a punto de aterrizar en la madurez.

Esta joven escritora supo volcar en su “diario abierto” sus sentimientos más profundos, plasmados con una filosofía muy personal, a la búsqueda de la fama, pero sobre todo a la búsqueda de la felicidad. Y a lo largo de esa dura y sangrante búsqueda se sintió la persona más desdichada del mundo porque nadie podía sufrir como ella. Pero por el contrario a lo que podría parecer, Mary MaClane no se sintió nunca inferior a nadie, como suele ocurrir en esta etapa tan difícil de la vida, ella siempre se sintió por encima del mundo, un genio dentro de su genialidad, la más inteligente, la más filósofa, la más sabía.

A pesar de todo lo expuesto, que es muy interesante, y de que el libro no deja de tener su importancia literaria, el libro en sí no ha conseguido atraparme entre sus páginas, tal vez porque a mí me gustan más las historia noveladas que siguen un hilo conductor y que te van sorprendiendo a la vez que vas avanzando en su lectura. Me ha cansado tanto pensamiento filosófico adolescente y tanto dar vueltas al “yo y mis circunstancias”. No obstante para los que os guste el ensayo o el leer un registro totalmente diferente a la típica novela sea del estilo que sea, este libro os va gustar mucho.

2 comentarios:

  1. No me tienta en esta ocasión, así que lo dejo pasar.
    Besotes!!!

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  2. Tengo la impresion de que este libro no es para mi, lo dejo pasar.

    Saludos

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