lunes, 28 de enero de 2013

Enfocar y desenfocar: El arte de conseguir lo que quieras


Al inicio de una conferencia sobre el estrés el orador colgó frente al público una gran hoja de papel blanco. Con un marcador negro dibujó luego una mancha irregular. ¿Qué ven aquí? Preguntó. Uno tras otro, los presentes fueron contestando: Una mancha negra. Eso supuse, dijo el orador. Ninguno de ustedes se enfocó en la hoja blanca, aunque tiene una superficie mucho mayor. Precisamente de eso hablaremos esta noche. 

¿Cuál es la conversación en la que te enfocas más asidua mente? 
¿En todo lo que tienes o en lo poco que te falta? 
¿En todo lo que sabes o en lo mucho que no dominas? 
¿En todo lo que puedes o en lo que te gustaría pero no te sale?

Tu estado de ánimo dependerá de cual sea la conversación en la que te enfoques."La emoción que sientes no existe por sí sola. Sino por la explicación que tú le das". Y este estado de ánimo determinará tu predisposición a la acción. Y de tu manera de actuar dependerán los resultados que obtengas. ¿Qué no te gustan los resultados? La clave es la conversación. Veamos, piensa en tu situación, en la conversación que te separa de tus resultados. Piensa en tus mejores razones, en esas que estas seguro nadie puede dar vuelta.

¿Todavía te parecen válidas tus explicaciones y tus razones para no alcanzar tus resultados? ¿En que te vas a enfocar? ¿Qué te puede llevar hacia los resultados extraordinarios?

"Una de las cosas más valiosas que he aprendido es que no siempre tengo que tener razón." JEFFREY B. SWARTZ. 


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