El invierno que
tomamos cartas en el asunto, Ángeles Doñate
“Llega el invierno a Porvenir y
trae con él una mala noticia: por falta de cartas, cerrarán la oficina de
Correos y trasladarán al personal. Los sms, correos electrónicos y whatsapps
parecen haber ganado la partida también en medio de las montañas. Sara, la
única cartera del pueblo, nació y vive allí con sus tres hijos pe
De nuevo un libro de esos que a mí me hacen disfrutar
tanto, y no porque esté lleno de tensión y misterios por resolver de los que te
atrapan y no te sueltan, que esos también me hacen disfrutar un montón, sino
porque el misterio a resolver está trenzado en las relaciones humanas que se
van desplegando según te vas adentrando en sus páginas.
No hay un solo protagonista, sino que todos sus
personajes son los propios protagonistas de su historia, así que el libro está
compuesto de muchas y variadas historias que confluyen en una sola.
Sara, la cartera de un pequeño pueblo, recibe una
carta en la que se le comunica que van a cerrar la estafeta de correros debido
al poco movimiento que hay de correspondencia. A partir de aquí se
desencadenará toda una serie de acontecimientos que se pondrán en movimiento
para evitar que Sara pierda su trabajo y sea trasladada a la ciudad.
Su vecina Rosa, que literalmente la trajo al mundo y
que vela por ella y sus hijos desde que Sara se quedó sin marido y sin padres,
ideará una solución en la que involucrará a todo el pueblo. A partir de ese día
se formará una cadena de cartas que van a ir recibiendo y enviando unos vecinos
a otros, con lo que la actividad epistolar hará que se replanteen el cierre de
la oficina de correos.
La única condición que se pone en esta curiosa cadena
es que las cartas han de ser anónimas y se ha de guardar el secreto de lo que
se explica en ellas. Y a través de estas cartas el lector irá descubriendo
parte de la historia de su remitente hasta formar un gran tapiz de vivencias,
en ocasiones alegres, en ocasiones tristes, en otras dramáticas y en otras en
busca de la libertad. Y mientras este colorido tapiz se despliega los
acontecimientos de los protagonistas van siguiendo su curso, y sin ser
conscientes de ello, tejiendo sus hilos con el de las historias secretas de los
demás remitentes.
Una historia preciosa, llena de ternura y
sensibilidad, donde la amistad y la colaboración entre vecinos ponen de relieve
la necesidad que tenemos todos de ser escuchados y tenidos en cuenta para
sentirnos que formamos parte de un algo y que pertenecemos a un sitio.
Una trama muy original y muy bien elaborada, a caballo
entre la narrativa epistolar y la novela, que nos trae de nuevo esa forma de
comunicación tan personal y preciosa que se ha ido perdiendo a través del
tiempo a favor de las nuevas tecnologías, de las que a pesar de todo el libro
no reniega, ya que su trama también se sustenta de ellas, con una parte
dedicada al chat donde las distancias se hacen próximas y la comunicación
instantánea.
Un libro sencillo, sin sobresaltos ni misterios, pero
que precisamente por ello, se lee reposadamente y en tranquilidad, saboreando
todas sus páginas. ¿Predecible? Sí, pero eso es algo que no importa dentro del
contexto de su lectura.
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