domingo, 10 de abril de 2016

Reseña: El invierno que tomamos cartas en el asunto - Ángeles Doñate

El invierno que tomamos cartas en el asunto, Ángeles Doñate

“Llega el invierno a Porvenir y trae con él una mala noticia: por falta de cartas, cerrarán la oficina de Correos y trasladarán al personal. Los sms, correos electrónicos y whatsapps parecen haber ganado la partida también en medio de las montañas. Sara, la única cartera del pueblo, nació y vive allí con sus tres hijos pequeños. Comparte muchas horas con su vecina Rosa, una mujer de ochenta años que estaría dispuesta a cualquier cosa por evitarle sufrimientos a Sara y a los niños. Pero ¿qué puede hacer una anciana para impedir que las vidas de las personas que más quiere se vean trastornadas? Pues algo tan pequeño como escribir una carta, una que tiene guardada en su corazón desde hace sesenta años”.
De nuevo un libro de esos que a mí me hacen disfrutar tanto, y no porque esté lleno de tensión y misterios por resolver de los que te atrapan y no te sueltan, que esos también me hacen disfrutar un montón, sino porque el misterio a resolver está trenzado en las relaciones humanas que se van desplegando según te vas adentrando en sus páginas.
No hay un solo protagonista, sino que todos sus personajes son los propios protagonistas de su historia, así que el libro está compuesto de muchas y variadas historias que confluyen en una sola.
Sara, la cartera de un pequeño pueblo, recibe una carta en la que se le comunica que van a cerrar la estafeta de correros debido al poco movimiento que hay de correspondencia. A partir de aquí se desencadenará toda una serie de acontecimientos que se pondrán en movimiento para evitar que Sara pierda su trabajo y sea trasladada a la ciudad.
Su vecina Rosa, que literalmente la trajo al mundo y que vela por ella y sus hijos desde que Sara se quedó sin marido y sin padres, ideará una solución en la que involucrará a todo el pueblo. A partir de ese día se formará una cadena de cartas que van a ir recibiendo y enviando unos vecinos a otros, con lo que la actividad epistolar hará que se replanteen el cierre de la oficina de correos.
La única condición que se pone en esta curiosa cadena es que las cartas han de ser anónimas y se ha de guardar el secreto de lo que se explica en ellas. Y a través de estas cartas el lector irá descubriendo parte de la historia de su remitente hasta formar un gran tapiz de vivencias, en ocasiones alegres, en ocasiones tristes, en otras dramáticas y en otras en busca de la libertad. Y mientras este colorido tapiz se despliega los acontecimientos de los protagonistas van siguiendo su curso, y sin ser conscientes de ello, tejiendo sus hilos con el de las historias secretas de los demás remitentes.
Una historia preciosa, llena de ternura y sensibilidad, donde la amistad y la colaboración entre vecinos ponen de relieve la necesidad que tenemos todos de ser escuchados y tenidos en cuenta para sentirnos que formamos parte de un algo y que pertenecemos a un sitio.
Una trama muy original y muy bien elaborada, a caballo entre la narrativa epistolar y la novela, que nos trae de nuevo esa forma de comunicación tan personal y preciosa que se ha ido perdiendo a través del tiempo a favor de las nuevas tecnologías, de las que a pesar de todo el libro no reniega, ya que su trama también se sustenta de ellas, con una parte dedicada al chat donde las distancias se hacen próximas y la comunicación instantánea.
Un libro sencillo, sin sobresaltos ni misterios, pero que precisamente por ello, se lee reposadamente y en tranquilidad, saboreando todas sus páginas. ¿Predecible? Sí, pero eso es algo que no importa dentro del contexto de su lectura.    

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