Sinopsis:
“L’Antònia celebra l’aniversari amb el seu marit Frederic, en una casa amb jardinet a la part alta de Gràcia. Tenen una filla a Londres que aviat els farà avis, i de tant en tant recorden el fill que van perdre de petit. Durant quaranta-dos anys el matrimoni va treballar en una botiga de queviures que ara porten uns paquistanesos. El barri ha canviat molt, Barcelona no s’acaba mai i la vida se’ls engruna a les mans. Amb més gestos que paraules, l’Antònia i el Frederic fan el mapa de les seves vides. Amb una prosa precisa i clara, Aniversari ens acosta la vellesa tal com és, a estones tendra i a estones cruel”.
Opinión:
Este libro es uno de esos libros que tal vez te pasarían inadvertidos entre las estanterías de una librería, pero que gracias a los paseos por los pasillos de las bibliotecas puedes encontrar oculto entre tantos otros ejemplares. En este caso porque estaba expuesto como novedad reciente en la biblioteca y me llamó la atención su portada, tal vez nada significativa para otros, pero para mí, que soy un poco sensiblona, me atrajo ese contraste entre la tristeza de la casa gris y la luminosidad del globo rojo, algo así como un poco de luz dentro de la decadencia. Y eso es lo que me he encontrado entre sus páginas.
La Antonia y el Frederic son un matrimonio con muchos años a cuestas de convivencia y unos cuantos más en sus propias espaldas, que ven día a día como la vida se les escapa entre las manos y ellos se acercan inexorablemente al ocaso de sus vidas. Dentro de ellos siguen estando esos jóvenes que fueron, con sus deseos y necesidades, con sus responsabilidades y sus secretos, pero que tan solo encuentran en lo más profundo de su interior. Son espectadores y protagonistas de su propia decadencia y la de su pareja pero con fugaces destellos del disfrute de las cosas pequeñas que aún saborean en su día a día.
A punto de ser abuelos y ejerciendo de canguros del bebé de los pakistanís que regenta la tienda que tiempo atrás llevaron ellos mismos, conectan de tanto en tanto con los recuerdos del bebé que ellos perdieron. Antonia, que no ha superado la muerte de su hijo, y ahora que su mente comienza a tener lagunas espaciales y de tiempo, confunde a Ramzi, el bebé que cuida, con el suyo propio y el dolor de la pérdida renace de nuevo.
La historia tiene mucho contenido de ternura, con la visión de ese matrimonio de ancianos que se aman a pesar de las dificultades que han vivido, que se cuidan mutuamente y que intentan ocultarse el uno al otro el deterioro físico en el que están cayendo para no hacer sufrir al otro.
Pero también tiene otro factor importante que es el de la reflexión, que como lector, y al igual que se hacen los protagonistas, te haces tú mismo al leerlo, que es del imparable paso del tiempo que a todos nos alcanza tarde o temprano y que transforma nuestro cuerpo y nuestra mente hasta el punto de que a veces no podemos reconocer en lo que nos hemos convertido mientras que en nuestro interior permanece muy viva la persona joven que un día fuimos.
No es un libro que hable de cosas profundas ni con frases rimbombantes, sino que es el desmenuce del día a día y el de las cosas cotidianas, de esos actos que nosotros mismos hemos hecho mil veces y de las rutinas que todos mantenemos.
Una lectura agridulce pero cargada de ternura.
No termina de llamarme esta vez. Y con tanto pendiente...
ResponderEliminarBesotes!!!
Bueno, no parece demasiado interesante...
ResponderEliminarGenial blog, os sigo :P
ResponderEliminar¡Holaa!
ResponderEliminarEste libro no me llama mucho, así que creo que no me lo llevo.
Aquí tienes una nueva seguidora y te invito a pasarte por mi blog.
Un beso<3
Bueno... una historia más. No destaca por nada en específico. Saludos y gracias por seguirnos!!!
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