martes, 4 de diciembre de 2012

El efecto espejo - Comunícate con habilidad

Si está en una cafetería puede casi con total certeza ver si dos personas que están discutiendo son pareja, amigos, etc. no necesita oir el contenido de la conversación. Esto es debido a la interpretación que hacemos del lenguaje corporal.
Es importante buscar la sintonía en la comunicación con las personas con tal de crear confianza y evitar conflictos. Cuando dos personas están mentalmente “sincronizadas”, sus cuerpos se sincronizan también físicamente, adoptando posturas similares y utilizando los mismos gestos. Lo que ese comportamiento comunica de forma no verbal es: “Soy igual que tú y estoy de acuerdo con tus puntos de vista”. El efecto espejo sirve para que los demás se sientan cómodos y es una buena herramienta para crear confianza.

Esta sincronía se inicia ya en el seno materno, cuando las funciones corporales y el latido del corazón siguen el ritmo de la madre; esta es la razón por la que tendemos por naturaleza a sentirnos cómodos viéndonos reflejados como en un espejo.
La imitación es algo que aprendemos también desde pequeños, por ejemplo cuando un bebé parece que sonríe sin embargo sólo está imitando. Lo cierto es que, a menudo, adoptamos posturas idénticas, sostenemos la copa/taza de la misma manera, bebemos a la vez, vestimos casi igual, usamos los mismos gestos y utilizamos un vocabulario y unas expresiones similares a las personas allegadas a nosotros. Incluso se ha investigado la micro-gesticulación simultánea como parpadeo simultáneo, movimiento de las aletas de la nariz, levantamiento de cejas e, incluso, dilatación y contracción simultánea de las pupilas, algo imposible de ser imitado de forma consciente.

Existen diferencias destacables entre la expresión emocional del hombre y la mujer. Mientras que las mujeres usan más la expresión facial (una media de 6 expresiones faciales en una escucha de 10 segundos), los hombres confían más en el movimiento del cuerpo y la gesticulación. La mujer lee el significado de lo que se dice a través del tono de voz y del lenguaje corporal de su interlocutor y registra su comprensión reflejando esas emociones. Sin embargo, muchos hombres parecen estatuas cuando escuchan a alguien principalmente por la necesidad evolutiva de evitar mostrar las emociones en público para defenderse de posibles ataques. No obstante, los escaners cerebrales revelan que los hombres sienten emociones igual que las mujeres pero a menudo evitan mostrarlas en público. Así, la clave para imitar el comportamiento del hombre sería reducir las expresiones faciales (en caso de ser mujer) y utilizar el cuerpo para exterioriorizar las emociones.

Ir al mismo paso significa sincronizar la entonación, la inflexión de la voz y la velocidad de la conversación para establecer correspondencias mútuas y confianza aún mayores. Jamás hable a mayor velocidad que su interlocutor pues, normalmente si nos hablan más rápido del ritmo al que estamos acostumbrados, nos sentimos presionados. A nivel verbal, la sintonía se genera repitiendo coletillas, reforzando lo que dice la otra persona con asentimientos, diciendo cosas como “me encanta”, repitiendo el punto de vista para reafirmar lo que dice el otro, etc.
El mejor comunicador será aquel que sepa fijarse en los pequeños y sutiles movimientos de la cara e interpretar el lenguaje corporal mediante el calibrado, es decir, interpretar de manera adecuada lo que la otra persona está sintiendo y buscar la sintonía con aquella persona. De esta manera, podrá llamar la atención de cada persona.

Normalmente disminuirá el nivel de atención o de alerta de nuestro interlocutor si va en la misma línea nuestro lenguaje corporal y el contenido de lo que explicamos. Muchas personas que mienten o quieren persuadir trabajan los primeros instantes de la comunicación lanzando mensajes de sincronía para que su interlocutor relaje su grado de atención, baje la guardia y confíe en ellos; a partir de aquí será más fácil convencer o persuadir sobre lo que les interesa. Así que ojo con aquellos que quieran vendernos la moto, no nos vayan a pillar desprevenidos...
 
Fuente: http://www.thesweetfish.com

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