miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Qué es el efecto cliffhanger?

No sé cuántos de vosotros conocéis este concepto. Me imagino que es probable que aquellos que son fanáticos de las series estén más familiarizados con él pero, para hacerlo común a todos, os lo explicaré.

El cliffhanger lo podríamos definir como un shock para el que lo sufre. No es más que aquella última imagen o frase de un capitulo de una serie, libro, videojuego, etc. que genera el suspense necesario para despertar nuestra intriga en descubrir qué viene a continuación. Es, por lo tanto, un elemento que crea adicción y motiva al individuo en la búsqueda de nueva información acerca de lo visto o leído.

Por poner un ejemplo reciente, entre los cliffhanger más impactantes nos encontramos con el “We have to go back Kate” de Lost en su tercera temporada que, bajo mi punto de vista, proporcionó un push aún mayor a la serie.

El cliffhanger está relacionado con el Efecto Zeigarnik, que viene a explicar que aquello que todavía está pendiente en nuestra memoria es más fácil de recordar que aquello que consideramos como terminado. Por poner un ejemplo cotidiano, cuando nos presentan a un grupo de personas, posiblemente, a los 20 minutos no recordemos el nombre de ninguno excepto el de la persona que crea un especial interés en nosotros, simplemente, por el hecho de considerar que el resto de personas ya no pueden aportarnos nada más. Sin embargo, el nombre de esa persona especial sí lo recordamos pues esperamos mantener una relación más profunda, indagar en quién es y conocerla. ¿Te ves reflejado?

Esto puede ser aplicado a muchísimos ámbitos de la vida pero yo sólo me centraré en su aplicación en la educación.
La educación recibida por todos nosotros es “vomitiva” tal y como la definía un profesor mío muy acertadamente. Aprendes los conceptos para el examen y una vez terminados los expulsas fuera de la cabeza. ¿Por qué sucede esto? Simplemente no nos hacen ver más allá. La educación está planteada para cumplir con una planificación, aprender unos conceptos y aprobar un examen pero no inspira al alumno para continuar más allá. Termina el curso y el aprendizaje se considera cerrado. ¿Alguien le dice a los alumnos la aplicación que puede tener una teoría científica en otros ámbitos de su vida? ¿Alguien enseña a los niños de las escuelas a amar lo que estudian? ¿Alguien crea interés para que los alumnos no sólo aprendan aquello que va a entrar en el examen?

Creo que la educación no debería centrarse en explicar todo al alumno. El profesor debería ser un guía. Enseñarle cómo puede acceder al bosque, pero no acompañarle en su camino por él. Crear en él la atención y el interés necesario para que profundice más, para que por sí solo descubra nuevos conocimientos, tenga su propia visión del conocimiento y no una visión sesgada por el ambiente que le rodea. Eso proporciona innovación, da una mayor cantidad de opiniones y contribuye a la riqueza cultural.

Si ahora os dijese que he descubierto una página en chino que te da 5 mandamientos para la felicidad eterna estoy seguro que muchos de vosotros la buscaríais, la encontraríais y después buscaríais un traductor chino para poder comprender lo que dice y si los mandamientos contienen un cliffhanger continuaríais investigando.

Nada da más energía a una persona que la motivación. Y una manera de alimentar la motivación es a través de la incertidumbre.

Antes que un “FIN” proporcionad a los demás un “CONTINUARÁ“.


Fuente: http://queaprendemoshoy.com/

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