Autor/a: Unger, Lisa
ISBN: 978-84-89367-16-6
Editorial: Ediciones Urano, S.A.
Precio: 15.00 €
Número de páginas: 377
Año de edición: 2006
Formato: rústica
(Si padecéis insomnio, sobra decir que ya estáis corriendo a la tienda a comprarlo. Dormiréis como bebés).
Hay cosas que escapan a mi entendimiento y, por más que me esfuerzo, no las entiendo. El éxito de este libro es una de esas cosas. No lo entiendo. Lo he intentado pero, simplemente, no logro entenderlo. No soy capaz de encontrar los motivos por los cuales este libro fue un best-seller y sigue estando en las listas de los más vendidos. No lo entiendo porque, simplemente, es un libro soporífero. Pero si esto ya es un misterio indescifrable de por sí, hay una cuestión que todavía me intriga más que el hecho de que un libro tan mediocre y aburrido haya conseguido encandilar a miles de lectores y haya encumbrado a su autora como una de las reinas del género del suspense: lo que ya me resulta totalmente surrealista e inverosímil es que Lisa Unger, la autora de este despropósito, haya sido capaz de escribir una segunda parte de una calidad excelente.
Este libro es la primera parte de otro, aunque ambos se pueden leer de forma independiente. De hecho, en la segunda parte ("Medias verdades") la autora hace un breve resumen del primero para que los lectores que no hayan leído esta primera parte puedan seguir la historia sin problemas. Aunque parezca imposible, lo cierto es que tan sólo le hacen falta dos páginas del segundo libro para poner a los lectores en antecedentes e informarlos de las peripecias previas de los personajes (el argumento de este primer libro es tan absurdamente simple y pueril que la autora se podría haber evitado este despropósito y escribir el segundo directamente). De hecho, yo llegué a éste proveniente del segundo, porque creía que tendría una visión de la historia más completa y me serviría para entender mejor el argumento. Pues no: os digo desde ya que con el segundo es suficiente. Ahorraros este mal trago
¿A qué genero pertenece?
Según la autora y según las editoriales que lo han publicado, este libro es un "thriller". De hecho, en el lomo de la editorial que lo comercializa en nuestro país (Umbriel), aparece la palabra "thriller" a modo de 'etiqueta'. ¿Qué es un thriller? Bien, después de consultar el diccionario y diferentes fuentes, podemos ver que "thriller" viene del inglés "thrill" [que significa emoción y estremecimiento] y que es un género literario que se caracteriza por un ritmo rápido, acción trepidante y personajes en apuros que tienen que encontrar respuestas a numerosos enigmas mientras su propia seguridad se ve amenazada por unos villanos que andan tras sus pasos. El género se vale de elementos literarios como el suspense, las pistas falsas, los giros inesperados y los capítulos acabados en situaciones extremas.
Pues bien: este libro no es un thriller porque no responde a los requisitos que debe tener cualquier novela perteneciente a este género que se precie. No tiene emoción, no provoca estremecimientos, no tiene un ritmo rápido en absoluto ni una acción trepidante, no tiene giros inesperados, los capítulos no acaban en situaciones extremas... vamos: que un thriller no es. En mi opinión, un buen "thriller" debe cumplir un requisito indispensable (que este libro no cumple ni por asomo): debe ser un page turner. Un page turner es uno de esos libros tan absorbentes y trepidantes que no los puedes soltar. Éste no lo es en absoluto. Al contrario: es desesperante y se hace muy lento y pesado. Yo lo etiquetaría como una novela romántica con un poco de suspense. Punto.
"Mentiras piadosas" es una de esas novelas que yo defino como "intrusas". ¿Qué es una novela intrusa? Pues es una novela que se cuela en un género al que no corresponde y se cuelga una etiqueta equivocada. El "intrusismo" es algo que se está dando muchísimo en el género chick-lit. Este género tiene unas pautas muy marcadas que son comunes en todas las novelas del estilo: chica entre los 20 y los 30 que vive en la ciudad, acomplejada porque no es un bellezón y que busca la felicidad al tiempo que no para de meter la pata. Se considera un género fácil y, visto el éxito que ha tenido, muchas autoras han decidido engrosar su cuenta corriente poniéndose a escribir libros que ellas venden como chick-lit pero que no lo son. Con este libro ha pasado lo mismo: lo han etiquetado como algo que no es. Os lo advierto: si buscáis un thriller, no leáis esto porque os llevaréis una decepción.
¿De qué trata?
"Mentiras piadosas" tiene como protagonista a Ridley Jones, una periodista 'freelance' que lleva una vida de lo más normal en su pequeño estudio de un barrio cualquiera de Manhattan. Una mañana, mientras va por la calle, salva a un niño pequeño de ser atropellado por un camión, con la coincidencia de que un fotógrafo de un periódico toma una instantánea del momento. Ridley tiene sus quince minutos de fama y su foto aparece en todos los periódicos, televisiones y revistas de la ciudad. Cuando todo parece haberse calmado, recibe un enigmático sobre en su casa que contiene una antigua fotografía de una familia y una nota con un número de teléfono que dice: "¿Eres mi hija?". A partir de ese momento, Ridley empezará a cuestionarse muchas cosas sobre su pasado ya que, al parecer, toda su vida ha sido una gran mentira. A medida que investigue y vaya estirando del hilo para llegar a la verdad, se irá poniendo a sí misma en peligro sin ni siquiera ser consciente de ello. La pregunta fundamental es: ¿realmente quiere descubrir la verdad? ¿A qué precio?
El libro: desarrollo
La premisa parece interesante y prometedora pero todo se queda en un libro muy predecible, aburrido e inverosímil en muchos aspectos (hay escenas y maneras de actuar de los personajes que no tienen ni pies ni cabeza). Los primeros capítulos (introductorios) arrancan bien y son prometedores aunque, por desgracia, no son un reflejo del resto del libro; que cae en el tedio y el sopor a los pocos capítulos. En los capítulos que siguen se nos presenta la situación de Ridley: su vida, su rutina, su entorno, etc. Se produce el elemento detonante de la historia (salvación del niño y posterior recibimiento del sobre con los recortes que ponen su vida patas arriba y que la llevan a plantearse toda su propia existencia) y, a partir de ahí, el libro es un ir y venir de pasajes soporíferos que aburren, no cuentan nada, no aportan nada interesante y se hacen pesadísimos porque el interés que tienen es nulo.
Aparece en escena el vecino de arriba del piso de Ridley, que se acaba de mudar al edificio y es un tanto enigmático. Se convierte en su protector y la ayuda a investigar el misterio de su vida (aunque es evidente que él mismo esconde algo). Entre ellos nace una historia de amor/pasión que está muy presente a lo largo del libro y que convierte al libro (por encima de todo) en una historia de amor. La trama se complementa con algunos personajes más que carecen totalmente de interés porque están muy mal dibujados y la empatía e interés que provocan en el lector son nulos.
¿Por qué el libro es un tostón?
La manera de escribir de la autora es muy irregular. Por un lado tenemos unos pasajes bien escritos y por el otro tenemos una prosa en la mayoría del libro terriblemente mediocre y escrita con un trazo que parece el de una adolescente. Los pasajes interesantes son aquellos en los que la autora reflexiona sobre temas filosóficos; ésos están realmente bien ya que los trata de una forma que invita a la reflexión: es, por así decirlo, el único momento en el que el lector siente que forma parte de la historia y se involucra en ella. La historia está escrita "de tú a tú", como si la propia Ridley nos estuviera contando la historia de viva voz. Incluso a veces pide la opinión del lector ("¿Creéis que fui demasiado dura con él?"). Con esto la autora pretende crear un vínculo entre Ridley y los lectores, pero no lo consigue. En un 85%, el libro está escrito en un estilo muy pobre que lo hace todavía más soporífero si cabe. Una mala historia bien contada puede estar medianamente bien, pero una mala historia, carente de interés y encima mal contada es para cerrar el libro y no volverlo a abrir.
El libro es tan soberanamente aburrido, monótono y absurdo que podéis saltaros 100 páginas en el medio y no tendréis ningún problema en seguir la historia (es como esos seriales de televisión tan aburridos y lentos que puedes estar un mes sin ver y volverte a incorporar sin problemas porque la acción prácticamente no ha avanzado). No es que la acción sea lenta: es que no la hay, es que estás esperando a que la cosa se anime (único aliciente para seguir leyendo) pero la historia no despega en ningún momento. Los personajes van de un lado a otro, preguntando e investigando, pero todo está narrado de una forma descriptiva tan aburrida que te dan ganas de apretar el botón de "Fast forward", ponerlos a cámara rápida y hacerlos llegar al final del embrollo para que dejen de aburrirte con sus tonterías y sus búsquedas. Son más de 300 páginas de introducción, con unas cuantas de desenlace (totalmente previsible).
Hay momentos en los que parece que la autora incluso se esté disculpando por estar haciéndolo tan mal. Hace que Ridley (la que cuenta la historia en primera persona) se dirija a los lectores y les diga cosas tales como: "¿Creéis que lo que hice es absurdo?" (como si la autora se estuviera redimiendo de sus pecados de escritora y nos pidiera perdón a los lectores por lo que nos está haciendo). Pero no, Lisa, no. No te perdono ni por esas: ni aunque te personifiques delante mío y te pongas de rodillas a pedirme clemencia y que no ponga tu libro a parir en Internet: el bodrio que has escrito no tiene perdón de Dios. Ni siquiera la buena segunda parte que has escrito te redime de acuchillar el mundo literario con semejante truño. No sé quién tiene más culpa: tú, el mentiroso al que le dejaste leer lo que habías escrito y te animó a enviarlo a una editorial, o el descerebrado que vio en ello un buen libro y te lo publicó. Malditos seáis todos por haberme hecho perder el tiempo.
El problema de este libro es que es una historia muy simple que se podría contar en 20 páginas, pero la autora se empeña en estirarla como un chicle hasta llenar 377 a pesar de que la cosa no da para más (y ella es consciente de ello, porque leyendo el libro el lector puede observar que hay momentos en los que ni ella misma sabe con qué rellenar la historia para alargarla más). Si le quitas los pocos capítulos y pasajes que sí que son interesantes, obtienes más de 300 páginas de auténtico sopor y aburrimiento (además, con un tamaño de letra bastante pequeño y un paginado grande). Como lector eso es desesperante y hace que pierdas el interés por la historia. De hecho, cuando todavía no había llegado a la mitad del libro, ya estaba deseando que Ridley descubriera la puñetera verdad de lo que había pasado y se fuera a freír espárragos para poder acabar el libro e irme a hacer cosas más interesantes. No tenía ningún interés en lo hacían los personajes y me importaba un pimiento lo que les pasara: me daba igual que estuvieran en peligro, que los estuviera persiguiendo una jauría de villanos o que se intoxicaran con una partida de leche en mal estado.
Es un libro de esos en los que acabas teniendo ganas de que a los protagonistas les pase algo malo para que la cosa se anime y para que reciban un castigo divino por ser tan aburridos y tan pesados. La autora no es capaz ni de sacar jugo a una escena ya de por sí inquitetante (Ridley en las escaleras de su edificio escondiéndose de un hombre que merodea por allí y parece perseguirla). De verdad: está escrito de una manera irritante y exasperante. Cuando parece que la cosa se pone interesante, la autora se encarga de romper cualquier indicio de clima enigmático para volver a aburrirnos con más pasajes absurdos que no nos interesan y que son más de lo mismo.
Mi opinión
Es un libro pésimo; un auténtico tostón infumable que provoca somnolencia y aburrimiento y que no despega nunca. Tuve que obligarme a mi misma a terminarlo y lo conseguí con un esfuerzo mayúsculo porque es de esos libros que irritan al lector y que dan ganas de cerrar de un golpe y dejar en una estantería para que cojan polvo. Cuando cerré el libro después de leer la última página, lo hice con un suspiro de alivio. Porque los personajes por fin se iban al carajo y porque yo había terminado un libro tan horroroso. Sinceramente: no entiendo cómo esta novela puede haber sido un éxito y puede haber gustado tanto. De verdad: no leáis este libro. Leed la segunda parte y mataréis dos pájaros de un tiro: leeréis un buen libro y nos hará falta leer éste (porque está resumido en su secuela).
Como TV movie de un sábado de esas que tanto me gustan, podría estar bien: echarían fuera lo que sobra, condensarían una historia insufriblemente larga y seguro que le añadirían ritmo. Además, el guión ofrece unas cuantas escenas de sexo tórrido (porque la protagonista está que se derrite con su vecino), con lo cual, quedaría una película medianamente interesante. Pero, como libro, es un FIASCO. Recordad: si buscáis un thriller, no leáis este libro porque no lo es.
Datos editoriales
Si es un libro tan malo, con tanto bueno que leer, no merece la pena perder el tiempo con él.
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