miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿Ser parte de la comunicación o tener arte? ¿Sabemos escuchar?

En coaching hay una competencia básica que es escuchar. Un buen coach debe ser, ante todo, un buen escuchador.  El coachee debe escuchar bien, también, a su coach. Y eso, ¿qué significa exactamente?


Porque se supone que todos escuchamos. Sí. Pero todos escuchamos poco. Y todos escuchamos mal. ¿Ah sí? Sí.

¿Sabemos escuchar?

La escucha es una herramienta potentísima para desarrollar mejores relaciones personales y profesionales. De hecho, en algunas culturas, es mucho más importante que el hablar. El valor del silencio, del silencio en el que se produce la escucha, es incalculable, porque es capaz de generar realidad.
Sin embargo, la mayoría de nosotros se encuentra en un nivel muy bajo en relación con la capacidad que tenemos de escuchar. Y ese nivel muy bajo se debe, entre otras cosas, a que cada uno de nosotros vemos la realidad desde un punto de vista, el nuestro particular.

Un punto de vista que está compuesto de juicios, de creencias, de necesidades, de emociones y sentimientos, y de reacciones a los hechos y a la realidad. Lo que escuchamos, lo filtramos a través de todo eso. Y lo que nos llega, en general, tiene que ver más con nosotros, que con lo que dice el otro.

Así que, para poder escuchar lo que dice el otro, debiéramos ser capaces de poder dejar de lado todos esos filtros.

Escuchar sin juicio. Escuchar teniendo presente que hoy estamos de mal humor. Escuchar sabiendo que mis creencias sobre el tema del que está hablando el otro son opuestas a lo que está diciendo. Escuchar sabiendo que hoy necesito cariño. Escuchar sabiendo que los hechos me indican que lo que el otro está diciendo no parece muy razonable.

Y teniendo todo eso en cuenta, poder estar en silencio, totalmente presente y abierto a lo que el otro me dice. Respetando. En silencio. Escuchando con todo mi cuerpo y con mi corazón.

¿Difícil no? Del 1 al 10, ¿en qué nivel nos situaríamos en global? ¿Y específicamente en:

a) Escucha de uno mismo: ¿Cómo nos sentimos hoy? ¿Qué necesitamos hoy? ¿Qué pienso de la persona que tengo delante? ¿De las ideas que defiende? ¿Qué pienso de su imagen? ¿De su forma de presentarse y de hablar? ¿Qué expectativas tengo?

b) Escucha del otro: ¿Le doy su tiempo y su espacio? ¿Le interrumpo? ¿Le miro a los ojos? ¿Le doy las gracias por compartir su tiempo conmigo? ¿Reflexiono sobre lo que le he escuchado? ¿Cambian en algo mis ideas?
Y entonces, ¿sabemos escuchar?

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