Una enorme y tremenda sorpresa
es lo que me he llevado con esta novela.
Lo primero que me ha llamado la atención es ese lenguaje fresco, rico, ameno, seductor,
que provoca irremediablemente que el lector se enganche de una manera sumisa y
placentera desde la primera página. Que no piensen los lectores que una novela
humorística, del género “chick lit”, “psico-comedy” o como se llame, ha de ser
meramente de entretenimiento, no. Miriam es una autora de una gran fuerza
narrativa que sabe muy bien lo que escribe, lo que transmite, y adonde quiere
llegar. Escribe un humor inteligente en el que el lector empatiza enseguida con
una serie de escenas en las que, a pesar de las situaciones rocambolescas y
divertidas (encajan bien en la novela), son como la vida misma. El trasfondo de
su obra refleja un sutil “ensayo”; hilarante, eso sí (¡como debe ser!), pero
“ensayo” al fin y al cabo.
Los diálogos están construidos con ingenio y maestría, y me ha llevado a
“visualizar” la serie cómica televisiva CAMERA CAFÉ, que tantas carcajadas nos
ha arrancado a los televidentes (jajaja, es que me acuerdo, y no puedo por
menos que volver a reír con las ocurrencias de Miriam). Son dignos de elogio
las brillantes escenas que la autora ha conseguido crear; tanto es así, que
perfectamente podrían ser el “guión” de una obra de teatro. Si se lo
propusiera, Miriam está perfectamente capacitada para escribir guiones de
TEATRO; y estoy convencido que en las salas de Madrid y otros lugares de
nuestra geografía, tendrían mucho éxito.
La novela narra las andanzas y peripecias de un joven enamoradizo que no acaba
de encontrar el amor de su vida. A lo largo de su historia, irá conociendo a una
serie de mujeres que le aportarán algo nuevo en cada experiencia. La Diosa, la
siamesa, la trepa, la ninfómana, la rara, la madura... mujeres con un perfil
psicológico muy definido que le aportarán a nuestro protagonista ese “trozo del
rompecabezas” que, en su totalidad, forman el amor y la estabilidad; porque, lo
bueno sería, como piensa Ariel (el prota), ser ecléctico y recomponer lo mejor
de cada una de ellas para crear a la mujer ideal.
La novela es ya de por sí, muy original; y cada capítulo está encabezado por
una brillante “cita” que la autora ha sabido muy bien escoger, bien de otros
autores consagrados o bien de su propia cosecha, como por ejemplo:
“Cualquiera puede engañar a todo el universo, durante un par de minutos, pero
nunca a un sola persona, durante toda la vida”
A casi el final de la novela, “vislumbré” un final que se acontecía lógico y
que era de esperar; algo que el lector supondría “típico” en esta clase de
historia, ¡peeeeeero…! una vez más, Miriam me sorprendió con este final: sencillamente
brillante. Es un final sorprendente que me gustó muchísimo. Te deja una
agradable sensación. Y, cuando cierras el libro, vuelves a echarle un vistazo a
la portada y sonríes de oreja a oreja.
No comento más, que se me va a ver el plumero y no quiero desvelar nada. Tan
sólo añadiré una cita de mi cosecha:
“Miriam hacer reír a un muerto”
De lo mejor que he leído de esta autora.
Reseña escrita por el autor Guillermo Blanes del Águila,