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Descubre la última aventura de Daphne McGraw tras "Disparatado Asesinato en el Upper East Side".

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"Extraña luna de miel", la apuesta más irreverente y provocativa del autor de la trilogía "Los Misterios de Daphne".

Un manual para tu día a día

Un libro que te cambiará la vida y te enseñará a cómo hacertela más fácil.

martes, 31 de julio de 2012

Reseña - Disparatado Asesinato en el Upper East Side


A continuación os dejo la reseña que nos ha hecho llegar una de las lectoras del blog. Gracias por participar, y aprovecho para hacer un llamamiento. Si alguno más la ha leído y nos quiere hacernos llegar sus opiniones puede hacerlo a: comercial@liosylibros.com


“Disparatado Asesinato en el Upper East Side” es una novela que me ha sorprendido gratamente. Cuando lo compré esperaba leer un Chick Lit, otro de tantos, pero no fue así. Resultó ser algo distinto, una historia mucho más fresca y divertida, una novela respetuosa con el género pero a la vez paródica del mismo. Puede que fuese eso lo que más me gustó de la historia; ese toque de parodia burlona es lo que me cautivo e hizo que la para devorase página tras página.

Obviamente no estamos ante nada que sea literariamente trascendente, pero es que tampoco lo pretende. Se nota que el único objetivo del autor era entretener al que lo lee, sin más, sin llevarle a reflexiones de ningún tipo.

Yo diría que el ritmo de la novela se resume en: Leer, reír, pasar página… Y así hasta acabarla. La verdad es que en este punto quiero felicitar al autor; le felicito porque para tratándose de un “Chick Lit” la extensión de páginas es considerable, y aun así resulta ligero y entretenido durante toda su loca trama.

En cuanto a los personajes, ni que decir tiene que Daphne, la protagonista, de entrada me provocó un poco de rechazo. Tardé media novela en cogerle el punto; puede que fuese porque al principio es un poco sosa y está un poquitín amargada. Pero a medida que fue avanzando la historia vi un cambio bastante notable en ella; incluso diría que me acabó gustando la “nueva Daphne”.

El resto de personajes son bastante planos, pero todos ellos tienen su encanto. Marion es una escritora famosa, loca, alcohólica y millonaria que influye muchísimo en el cambio de la protagonista.

Ashley es la típica amiga tonta, divertida e imprevisible que mete a Daphne en mil quinientos líos. Después está Josh, el arquetípico amigo Gay, aunque este personaje es un tanto inestable, hay momento en que es serio y responsable, y otros en que es alocado e imprevisible; puede que sea el personaje con el que menos empaticé en la historia. El personaje de Billy, el exnovio de Daphne, sale muy poquito porque al empezar la historia es asesinado así que no se puede destacar gran cosa sobre él.

El segundo personaje masculino en torno al que gira la historia romántica es Alec, un primo lejano de Daphne. Este personaje es bastante irregular también; es enigmático y extraño durante toda la historia, se mueve entre sombras durante toda la trama sin ser claramente un personaje importante, pero a la vez siéndolo. Sólo lo entenderéis si la leéis; de todos modos es un personaje importante en cuanto a que despierta la vena enamoradiza de la protagonista que durante veinte años ha estado latente por lo que le sucedió veinte años atrás con Billy.

La estructura de la novela es de agradecer; está dividida en capítulos cortitos de ritmo muy trepidante, compuestos por una sucesión extraordinaria de situaciones cómicas en las que se ven envueltos los personajes mientras investigan la muerte de Billy. Me ha gustado también lo de que la historia quede zanjada en esta novela pero se abra una nueva trama para la siguiente. La verdad es que tengo ganas de leer sobre Daphne estando embarazada. ¿Y de quién? ¿En la siguiente novela repetirán los mismos personajes? ¿Un nuevo asesinato? Estoy intrigada, la verdad…

En fin, como ya dije; sin tratarse de una súper novela desde el punto de vista literario, puedo decir que la recomiendo totalmente, que estoy segura de que divertirá a más de una/o y que si sois lectores de autores como Sophie Kinsella, Jane Green, Daphne Ulliver, Marian Keyes, Tom Sharpe, Christopher Moore, Rebeca Rus o Megan Maxwell está os gustará sin la menor duda.

Y por cierto, gracias al autor por enviarme una copia. Agradezco que la haya corregido; es un alivio no encontrar cada dos por tres ¿Qué? ¿Cómo? ¿Quién? Sin tilde… o ; seguido de mayúscula. Cositas tonta, pero que enlentecen la lectura a lectores puntillosos como nosotros… ¡Muchas Gracias! 

Aventuras y Desventuras de Alguien en Busca del Amor - Capitulo 3 - Nadja & Dario


Trabajar en “Casa Pepe” no es que fuese el trabajo de mis sueños, pero al menos me permitía pagar las facturas; sólo por ello, era suficiente razón para estar agradecida. Desde mí llegada a España desde Rusia, no había hecho más que encontrar trabajos precarios. Aquel, aunque fuese completamente paradójico, era el mejor hasta el momento.  

Lo único malo de trabajar como camarera en un sitio como aquel, era el estar constantemente sirviendo a clientes babosos, el tener que estar todo el día luchando contra el tópico de: “Camarera rusa = antigua prostituta”. Aquello resultaba agotador. Pero aquella noche algo había cambiado. Por primera vez en mucho tiempo, un hombre me había visto como lo que soy: Una señorita.

Aquella extraña situación aún me hacía sonreír, aquella inusual invitación a una cita todavía me provocaba rubor. Hay que reconocer que el chico tenía agallas; jamás nadie había ligado conmigo mientras su madre le regañaba. Ha sido un momento realmente cómico, puede que tan sólo por esa osadía yo le haya dado mi número de teléfono. No lo sé; quizás me haya gustado, es pronto para saberlo.

El caso es que desde que corté con Nicolai no había vuelto a sentir esas mariposillas en el estomago, desde la ruptura no había sentido esa emoción en el bajo vientre. Pero esa noche, aunque mínimamente, había vuelto, ese temblor nervioso me había acompañado hasta casa negándose a abandonarme.

Justo cuando observaba la pantalla apagada de mi teléfono móvil, ésta se encendió; me había llegado un mensaje. Al ver que era de él, de Salva, una amplia sonrisa se desplegó en mi rostro:

“¿Qué te ha parecido la suegra? ¿Da miedo, verdad? Piensa que ya has pasado lo peor. Ahora que ya conoces a mi madre podemos olvidarnos de los convencionalismos y pasar a la mejor parte; conozcámonos. ¿Me permites que te invite al cine?”

Sí señor, todo un caballero; lo sabía desde el momento en que le vi:

“Una duda… ¿Vendrá tu madre a la cita? Eso sí daría miedo.”

Responderle aquello hizo que me echase a reír. A juzgar por lo que sucedió seguidamente, mi risa debió ser de lo más sonado ya que la puerta de la habitación de mi compañero de piso se abrió, y éste salió a la sala de estar a comprobar que era lo que sucedía:

-      Por el amor de Díos, ¿qué es lo que te hace tanta gracia? –preguntó Dario sentándose junto a mí.
-      Nada importante.
-      Pones cara de no estar diciendo toda la verdad…
-      ¿Yo?
-      ¡No, la vecina del quinto! Vamos, desembucha…
-      Está bien… Se trata de un hombre.
-      ¿Un hombre? ¿Qué clase de hombre?
-      Un hombre de los pies a la cabeza.
-      Guau, pues sí que es seria la cosa.
-      Bueno, en realidad no nos conocemos, pero…
-      Ui, ese pero… Que miedo me da ese pero.
-      ¿Miedo, por qué?
-      Pues porque aún recuerdo el caso “Nicolai”
-      Eso es agua pasada. Esto es distinto. Éste ya me ha presentado a su madre.
-      ¡¿Cómo?!
-      Es una larga historia, me ha invitado al cine y creo que aceptaré.
-      Vaya, vaya… así que después de todo sí que parece que te gusta. ¿Cuánto hacía que no aceptabas una cita?
-      Demasiado.

En ese momento el teléfono sonó de nuevo, había llegado un nuevo sms:

“Pensaba llevar a mi hermana en esta ocasión; ¿viernes a eso de las 22.00? Te dejo escoger la película y el cine. Yo escogeré el restaurante. Y no; no será “Casa Pepe”

-      ¡Ay, nena! ¡Estás enamorada!
-      ¿Cómo voy a estar enamorada si aún no le conozco?
-      El amor es así, surge la chispa y ya no se puede hacer nada para evitarlo.
-      Vaya cosas dices.
-      Pero es curioso; tú no tenías previsto nada de esto y sin embargo ha salido a tu paso, y mi compañera del trabajo, Lucía, hoy tenía una cita y al parecer a sido desastrosa. ¿Qué cosas, no?
-      Cosas del destino. Bueno guapo, me voy a dormir. Ha sido un día con demasiadas emociones.
-      Que descanses, cielo.

Cuando Nadja se fue a su habitación yo volví a la mía. Harper75  ya había contestado. Miré la pantalla del ordenador con detenimiento y yo también contesté:

RioDa: De acuerdo, quedemos. ¿Viernes a eso de las 22.00? Yo escojo el restaurante, y tú la película.”

La respuesta no se demoró demasiado:

Harper75: Trato hecho; estoy deseando conocerte.”

Tras leer la respuesta recosté la silla y crucé los brazos por detrás de mi cabeza; yo también deseaba conocerle, cinco meses eran muchos, sobretodo para una ciber-relación. Pero… ¿Le gustaría? ¿Él me gustaría a mí? Sabía de sobras que no tendría respuesta esa misma noche, esas preguntas hallarían su respuesta el viernes, a las 22.00. Esas, y quizás otras…

jueves, 26 de julio de 2012

Amigos Vs. Pareja


¿Puede uno tener pareja y a la vez tener amigos? ¿Se pueden compaginar? Seguramente, la respuesta inmediata que se os viene a la cabeza es: ¡Sí, por supuesto! Estoy segura que muchos de vosotros lo decís sinceramente, y me alegra pensar que hay personas que lo creen así, pero aunque fuese lo lógico, entonces ¿porqué hay gente que cuando encuentra pareja "mata" a sus amigos? Sí, sí, es así, y muchos lo habréis vivido. Algunos habréis sido las víctimas y otros los verdugos.

Bueno, vale, es cierto que toda relación tiene esa primera etapa lapa en que la pareja quiere y necesita estar junta a todas horas. Realmente lo entiendo y lo respeto. Comprendo que en ese momento los amigos queden un poco de lado y, seguramente, ellos también lo comprenden, pero una cosa es eso y otra cargártelos porque como tienes pareja crees que ya no te hacen falta, aunque luego con el tiempo te des cuenta de que la has cagado. Porque amigos míos, eso tiende a pasar. Cuando la relación se estabiliza, se monotoniza o se termina, entonces es cuando uno necesita a sus amigos, pero si te los has cargado, te ves solo, y entonces no te queda otra que bajarte los pantalones e intentar resucitar una o unas amistades que habías sacrificado hace un tiempo.

La pregunta es: ¿perdonar o no perdonar? Difícil decisión, lo sé. Tendemos a confiar en las personas que consideramos amigos y pensamos: "Bueno, ha cometido un error". Ostras, ¿pero quien asegura que no volverá a hacerlo? ¿Podrás volver a fiarte de la amistad que te brinda cuando meses atrás no tuvo ningún miramiento en terminarla? Se puede intentar, lo acepto, pero dudo que vuelva a ser como antes, pero claro, si cuando te mató no tuvo remordimientos, ¿existió alguna vez esa amistad que creías?

Muchas preguntas para poder reflexionar. Prácticamente todos hemos vivido este tipo de situaciones y unos habrán dado segundas, terceras y cuartas oportunidades, pero otro habrán dejado las cosas como estaban y habrán tratado a ese amigo/a como se merecía. Personalmente, soy de segundas oportunidades, pero también debo decir que no han servido de nada, por suerte, siempre hay excepciones o, por lo menos, eso quiero creer.

Por cierto, me presento, soy Miki, una de las colaboradoras de este blog. K. y Kitty son mis dos mejores amigos, mis hermanos postizos como yo les llamo. Hace unos 10 años que les conozco, nuestra amistad estaría dentro del tipo de las verdaderas, porque ya hemos salvado muchos obstáculos que nos han hecho más fuertes, porque somos una pequeña familia, porque aun con pareja nunca hemos dejado de ser amigos y, lo más importante, porque sin ellos mi vida estaría incompleta.

Todos aquellos que tengáis amigos así, sois muy afortunados y, si alguien os ha "matado", ¡que le den! Él o ella se lo pierde ;)

By Miky.

Aventuras y Desventuras de alguien en busca del amor - CAPITULO 2 - Salva & Lucia


CAPITULO 2 – Salva & Lucía:

El día pasó sin pena ni gloría, aunque eso era lo normal;  lo normal desde el divorcio. De eso hacía ya cinco meses. Cinco largos meses en los que mi vida se había convertido en una gran bola de desechos que se precipitaba cuesta abajo y sin freno.

Desde entonces todo se me hacía difícil, hasta lo más mínimo; desde la ruptura con Beatriz cualquier cosa se me hacía un mundo. Incluso aquella horripilante cita que me había preparado mamá. Aquello me asustaba muchísimo; más incluso que una llamada de Beatriz.

Recordar su nombre me dibujó una triste mueca en el rostro; casi instantáneo, como si de un amigo burlón se tratase, el espejo me la  devolvió como algo patético y lamentable. Sin pensarlo mucho más, giré el grifo del agua fría y rápido lavé mis penas.

Sabía que aquella manera de pensar no me llevaría a ninguna parte, pero algo en mi se negaba a abandonarla, una pequeña parte de mi ser continuaría casada con ella. Y lo peor de todo es que siempre lo estaría…

Sé que mi estado no era el más adecuado para asistir a una cita; ¿pero qué iba a hacer, sino? No podía decir que no. Ese en parte era el precio de estar viviendo con mamá, estar bajo su techo implicaba ciertas cosas. Y al parecer permitirle que mangonease mi vida sentimental era una de ellas.

De nuevo me miré en el espejo y decidí que por lo menos me afeitaría. Pensé que la chica no tenía la culpa de lo que a mi me pasaba, ella no tenía porque ser victima de mí melancolía.

Cogí la maquinilla de afeitar y durante unos segundos observé sus afiladas cuchillas, las observé con sorprendente detenimiento. Más allá de lo que podía parecer, no se trataba de un momento pre-suicidio; no. Las observaba pensando que al pasarlas sobre la piel de mi cara me la irritarían, pero que aquello era para un fin mejor; aquel “dolor” me serviría para estar guapo; guapo por fuera, y por dentro.

Quizás aquella cita sería lo mismo; puede que ahora me irritase la simple idea de conocer alguien nuevo pero también es posible que aquello me ayudase a avanzar. Puede que aquello me quitase a Beatriz de la cabeza. Sólo por eso merecía la pena intentarlo.

De repente la voz gritona de mi madre me sacó de mi estado de ensimismamiento:

-      ¡Salva, date prisa que llegaremos tarde a la cita!
-      ¿Llegaremos? ¿Cómo que llegaremos?
-      Yo te acompaño.
-      ¡De eso nada!
-      Trini también acompañará a Lucía, ¿no te lo había dicho?

Sin más, comprendí que por mucho que le dijese mamá iría a la cita, sí o sí. Me resigné y acepté que la cita sería un completo desastre. Sería un suicidio social, lo sabía sobradamente; pero aquella noche no daban ningún partido en la tele, así que no tenía nada que perder, al menos pasaría el rato.

“Casa Pepe” no era precisamente lo que muchos consideraríamos un restaurante adecuado para una cita; más bien sería el lugar adecuado para una boda gitana. Pero es normal que mi madre no supiese lo que era un sitio adecuado para una cita, ella no había tenido una en cuarenta años.

Al llegar nos sentaron en una mesa de cuarto; la típica con mantel a cuadros rojos y aceitero de plástico con un triste tomate y tres dientes de ajo. ¿Ajo? ¿Quién se atrevería a comer ajo en una cita? Ni hace cuarenta años, ni ahora. Por mucho que hayan cambiado las cosas en lo que se refiere a citas, creo que hay ciertas reglas que siempre han sido las mismas. Y precisamente lo del ajo creo que es una de ellas.

Miré de soslayo a mamá, que brillaba como si fuese el globo de una discoteca, y ya estaba leyendo de arriba abajo la carta. No pude contenerme y se me escapó una risita nerviosa:

-      ¡¿Qué pasa?! ¿Has bebido antes de venir? ¿Estás borracha? ¿Vas a hacerme quedar mal delante de Maruja?

Tras aquella retahíla de preguntas la miré impresionada; a eso se le llama pasar de cero a cien. Sí señor. Mirándola no me cabía duda que aquella mujer excesivamente arreglada, podría ser una agente secreta de la CIA en una misión especial. De repente me la imaginé como una chica Bond y aún me entró más la risa. 

-      ¡¿Estás drogada?! –hizo una pausa y de su bolso salido de un chino sacó una bolsa de plástico- ¡Vamos, vomita aquí dentro! ¡Están a punto de llegar! ¿No querrás que te vean así?
-      Relájate mamá, ni me he drogado, ni he bebido. Es sólo que…
-      ¡Ni sólo, ni sola! ¡Cállate y repasemos la carta que están al caer!
-      ¿Para que hay que repasar la carta?
-      Pues para ver lo que puedes comer y lo que no.
-      ¿Hay cosas que no puedo comer?
-      Pues claro que no; estamos aquí para convencerle. Tienes que ser cuidadosa con lo que comes o con lo que dices.
-      ¡¿Convencerle?! ¡¿Convencer a quién y de qué?!
-      A Salva, ¿a quién sino?
-      Mamá, te lo he dicho cien mil veces… ¡Estoy bien sola!
-      ¡Y un cuerno! Eso lo dices para convencerte, pero en realidad quieres lo que todo el mundo. Quieres un marido para poder tener una casa y para conseguir tener los niños antes de que el horno se te apague.
-      ¡Díos, me sacas de mis casillas!
-      ¡Maruja! ¡Salva! ¡Aquí! ¡Aquí!

A juzgar por aquella euforia cualquier diría que la cita la tenía ella. Rápidamente observé de pies a cabeza al famoso Salva y mi dictamen fue igual de rápido: PASABLE. ¿Pero quién soy yo para juzgar así? Pensé que ya que estaba allí le daría una oportunidad; después de todo él también estaría pasando el mismo mal rato que estaba pasando yo. Aunque sólo fuese por eso aquel muchacho ya me caía bien.

-      Mira, mira, está es mí Luci –dijo mamá como si yo fuese un objeto.
-      ¡Qué guapa! ¿Has visto, Salva? ¡Que suerte has tenido! ¿Eh?
-      Esto… Encantado de conocerte –dijo el pobre dándome dos besos.
-      ¡Ohhhhhh! –exclamaron mi madre y Maruja al ver que nos besábamos.
-      Pues mi Salva no quería venir –dice Maruja como si tal cosa- Es que aún tiene a la guarra esa en la cabeza.
-      ¡Mamá! No hables así de Bea.
-      Ya me dijo tu madre, ya. Menuda… -añadió mamá como si lo conociese de toda la vida.
-      ¿Tenéis hambre? –dije intentando desviar el tema.
-      Yo me voy a comer unos callos –contestó Trini.
-      Pues yo unos pies de cerdo –dijo mi madre acto seguido- Y mi nena una ensaladita. Ella no es de comer mucho. Además tiene que guardar la figurita. ¿Te has fijado salva? –dijo señalando mi cintura.
-      ¡Mamá, por el amor de Díos!
-      Pues a mi Salva cuando era pequeño lo llamábamos “peque-tripode” –explicó Maruja echándose a reír- Hace muchos años que no se la he visto, pero de pequeño estaba muy dotado…
-      ¡Mamá! –dijo Salva reprochándole el comentario.
-      ¡Ahora que dices esto! –exclamó mamá- ¡Camarera! ¿Tienen rabo de toro?

Dijo dirigiéndose a una esbelta camarera. Al acercarse a la mesa comprobé que debía ser del este de Europa. Sus ojos exageradamente claros cautivaron instantáneamente a Salva, me di cuenta como aquella muchacha había captado por completo su atención en tan sólo unos segundos. Cosa que yo no había conseguido en los cinco minutos que llevábamos sentados en aquella mesa.

Sin mediar palabra, me puse en pie, cogí mi bolso y me marché. Ni tan si quiera la voz gritona de mi madre hizo que me volviese. No quería que me viesen llorar. Pero… ¿Por qué estaba llorando? Nunca me había pasado esto. Yo siempre me había mantenido firme en que no me importaba estar soltera, siempre. ¿A que venía aquello? ¿De dónde procedía aquel berrinche? Al salir a la calle, cuando el aire fresco chocó contra mis lágrimas, lo comprendió. Entendí cual era el motivo de mi disgusto: “Yo también quería cautivar el corazón de un hombre”

miércoles, 25 de julio de 2012

¿Qué es para vosotros el amor?


 Pese a que La RAE cuenta con una variada gama de definiciones sobre el significado de esta palabra, yo creo que la definición que más se ajusta a lo que realmente significa es ésta que dice así: “El amor es un sentimiento de afecto, inclinación y entrega hacia alguien o algo” Algunos dicen que es el carburante que hace girar el universo; La fuerza que le da movimiento a nuestras vidas.

Y es que cuando hablamos sobre este tema hay una única verdad: Todos deseamos amar y ser amados (ese es el meta-objetivo vital). Quien diga que no, miente. Es por ello que la palabra “Amor” adquiere inevitablemente un significado universal. Es un rasgo común inherente a todos los seres humanos. No es racional, ni si quiera predecible. No se puede forzar, simplemente surge; fluye con la misma naturalidad que el agua de un riachuelo, y muere cuando llega al final de su senda.

¿Pero tan importante es como para que en ocasiones su búsqueda sea el centro de nuestras vidas?

Últimamente he conocido mucha gente, que erróneamente, está centrando todos sus esfuerzos y energías en buscarlo. Han organizado sus vidas con un único objetivo: Convencer a un chico o chica de que ellos son los adecuados, de que ellos deben ser los escogidos. Y ahí está el error; en forzar la situación, en irle detrás sin frenos.

Como dicho anteriormente, encontrar el amor es algo que no se puede forzar, no puede provocarse. Surge simplemente; uno sólo puede dejarse llevar por su fluir.

Y os preguntaréis… ¿Qué ese fluir? ¿Cómo lo identifico? Muy sencillo; sed auténticos, haced las cosas que os gustan: Salid por ahí, divertíos, conoced gente…


En resumen: Sed vosotros mismos. (Qué todos sois un 10 como personas)

Y claro… Ahora pensaréis que eso es muy sencillo, que así no se encuentra pareja, que así no se conquista al chico o chica que nos gusta. Pero ahí es de nuevo donde os equivocáis; pensar así limita y corta el flujo vital que nos mueve a donde estamos destinados a llegar. ¿Suena raro, verdad?

Reflexionarlo, tan sólo dedicarle unos minutos a preguntaros… ¿Y si hay algo más grande que todos nosotros? ¿Y si existe alguna especie de plan? En ese caso yo tan solo soy una piececita del puzzle; puede que ese chico o chica que no consigo no sea más que la pieza equivocada; puede que merezca la pena buscar la pieza que verdaderamente encaja conmigo…

¿Y sabéis como distinguiréis cual es la pieza correcta? Sencillo; encajará a la perfección, sin problema alguno. Si ese chico o chica que os gusta os está creando muchos quebraderos de cabeza, eso significa que no es la pieza correcta; dejalo, sigue buscando, no dediques esfuerzo y energías. Recárgate haciendo lo que te gusta y simplemente pasará…

domingo, 15 de julio de 2012

Aventuras y desventuras de alguien en busca del amor - CAPITULO 1 - Lucia


Llegada cierta edad parece que una no puede estar soltera; es como si a los treinta una caducase y se convirtiese en producto de segunda. Sin oportunidad a escoger, con una única y clara consigna: “ENCONTRAR AL HOMBRE IDEAL”

Imaginaos mi situación: Soltera y entera, al borde de los 30+1, hija de una madre neurótica e hipocondríaca, amada amiga y perpetua canguro, ferviente defensora de los animales, voraz lectora de novelas románticas y… ¡Bueno, vale! Lo confieso, me gusta la saga Crepúsculo. ¿Eso me convierte en mala gente? Triste sería ser una Biliver, pero estar enamorada del vampiro más sexy de todos los tiempos entra dentro de unos parámetros normales.

En fin, como ya debéis haber percibido a mi poco me importa estar soltera. Son más bien mis amigos, y sobretodo mi madre, los que quieren a toda costa que encuentre al príncipe azul, corrección, quieren que encuentro un “buen chico”. ¿Por qué no lo dicen claramente? Quieren que salga con cualquiera; ni bueno, ni malo, eso ya no tiene importancia.

A mi edad las citas ya son con cualquiera. Y lo más gracioso de todo es que parece ser que no tengo mucho derecho a opinar. Cuando una llega a mi edad ya no se tiene ese derecho; con 30+1 ya no sé es inteligente e ingeniosa cuando una pone peros a las cosas, a esa edad se pasa a ser una cínica; y si se llega a los 40+1 en la misma situación, una ya no es cínica solamente, pasa a ser una cínica amargada. ¿Fuerte, verdad?  

Todo esto os lo explico porque a mi madre se le ha metido en la cabeza que con mi edad debo tener novio y me ha preparado una cita a ciegas. Sólo de pensarlo me dan ganas de saltar por la ventana. La tragedia empezó así:

-         Hija, me tienes muy preocupada…
-         Pues no sé por que, mamá.
-         ¿Qué por qué? ¿Está clarísimo, no? Tú hermana ya está casada y tiene dos hijos y tú…
-         Yo tengo dos empleos.
-         ¡No te hagas la graciosa, esto es muy grave!
-         Lo dices como si tuviese un cáncer o algo parecido.
-         No bromees con algo así. ¡Tienes que encontrar un buen chico!
-         Mamá, ¿Crees que si fuese tan fácil no tendría ya uno?
-         Ahí es donde quiero ir a parar… ¿Qué estás haciendo para encontrarlo?
-         Pues…
-         ¡Pues, nada! ¡No estás haciendo nada! Por eso voy a ayudarte.
-         ¡¿Ayudarme?!
-         Sí, te he concertado una cita de esas.
-         ¿De esas?
-         Sí, sí… ahora no me sale el nombre.
-         ¿A ciegas?
-         Eso, una cita de esas a ciegas. Eso mismo.
-         ¿Y se puede saber con qué derecho?
-         ¡Yo soy tú madre y punto! Este viernes saldrás con Salva, el hijo de mi amiga Maruja. Es muy buen chico y también está soltero, es perfecto para ti.
-         ¿Y ese buen chico a que se dedica?
-         ¡¿Ya estás poniendo pegas?!
-         No, es sólo que no iré a cenar con un desconocido.
-         ¿No? Bien, pues entonces Maruja y yo también iremos a la cena. Arreglado. Viernes a las 22.00 en “Casa Pepe”. Y… ¡Arréglate!

Y así es como la mujer que me trajo al mundo me metió en semejante embolado, así es como de la manera más tonta me abocó a la cita más desastrosas de mi vida… ¿Queréis saber que fue lo que paso? Si tenéis curiosidad leed la próxima entrada; y sobretodo, si alguno tiene una experiencia similar en estos asuntos. Por favor, que lo comparta.

Besitos my lovers,

C.Pérez de Tudela.

jueves, 5 de julio de 2012

100% Recomendable - Lovehunter.es - Citas en Manhattan

Queridos/as lectores/as,


Hoy me complace presentaros el nuevo proyecto de una conocida: 

Se trata de una prometedora empresa destinada a emparejar singles; aunque más allá de eso, que puede parecer frío, sé de buena tinta que lo qué busca LoveHunter es conseguir que sus clientes sean felices y que estén sentimentalmente satisfechos.

Teniendo en cuenta que vivimos en una sociedad en constante cambio, resulta lógico que surjan otro tipo de caminos distintos a los habituales en cuanto a encontrar el verdadero amor; quizás pensaréis que eso no existe; bien, en ese caso daremos por valido que una empresa como esta, nos ayude a encontrar alguien con quien pasar nuestra vida (alguien que nos divierta). Si las maneras de comunicarnos cambian, si los lugares de toda la vida desaparecen y lo normal se vuelve antiguo, y lo moderno caduca... ¿Por qué no pensar que también han cambiado los procesos del cortejo y nos hemos de adaptar a ellos? ¿Por qué no creer que las reglas del juego del amor también han cambiado y tenemos que volver a aprenderlas? Por ello cada vez es más habitual recurrir a servicios como este, ¿No vamos al medico cuando nos encontramos mal? ¿Por qué no ir a una experta en temas sentimentales para curarnos el mal de amores? 

Así pues, ya sabéis, si alguno/a de vosotras/os, se siente sólo o tiene el corazón roto, os aconsejo que consultéis vuestro caso con LoveHunter; quien sabe, quizás en su web encontréis el amor... Su web es: http://www.lovehunter.es/

Cambiando de tema... Como este blog va sobre literatura... Os propongo también un buen libro relacionado con este tema, y perfecto para todos aquellos que andáis buscando el amor. Se trata de: Citas en Manhattan. 

Es un cruce entre ensayo periodístico sobre el tema de los singles, los servicios de citas, las citas a ciegas y todo ese percal, y también un pseudo-chick-Lit. Os lo recomiendo, es una lectura curiosa que desvela bastantes datos interesantes sobre el tema de la soltería.