La semana pasó con excesiva lentitud. Cuando llegó el domingo di saltos de
alegría porque eso significaba que esa mañana mis amigas pondrían en marcha la
operación “Cazar a la pájara Guacamaya”, nombre con el que la había bautizado
mi amiga Lina. El plan no era demasiado complejo. Consistía en inspeccionar los
parques y áreas de picnic frecuentadas por latinos en busca de Juanita. Quizás
la parte menos clara del plan era como identificarla:
-
La llamaremos
al móvil y ya esta –concluyó Lina.
-
¿Y si resulta
que después de tu amable llamada lo tiró? –dijo Susana.
-
A ver Susana…
Estamos hablando de una tía que le robó el móvil a una muerta, ¿No te hace
pensar eso que no tiene ni un duro para ir cambiándose de móvil?
-
¿Y? No
entiendo donde quieres ir a parar…
-
Que seguro
que conserva el teléfono.
-
Si tú lo
dices…
Dicho y hecho, las cuatro recorrieron todos los parques cercanos llamando
una y otra vez a mi antiguo teléfono para intentar localizar a Juanita, pero
nada.
-
Gabri ¿Por
qué narices se reúne toda esta gente en los parques para beber? ¿No pueden
quedarse en su casa? –preguntó Lina esforzándose por dejar a un lado sus
prejuicios racistas.
-
Es el día en
que todos los compatriotas se reúnen e intercambian recetas tradicionales,
charlan sobre sus tierras… Es un momento de recogimiento y de sentir
pertenencia.
-
Como tu
cuando ibas al club ese, con tu peluca, tus pechos de plástico y tus
lentejuelas –dice Bib intentando que entienda que es pertenecer a una minoría.
-
Pero nosotras
no escuchábamos esta mierda de música –hace una pausa y empieza a cantar- “Se
me enamora el alma, se me enamora… Cada vez que te veo, cruzar la esquina…”
¡Eso si es música y no esto!
-
Vamos chicas,
se esta haciendo tarde y yo tengo que ir a casa a preparar la comida –dijo
Susana.
-
Vayamos al
parque de delante del bloque –propuso Gabri con aire resoluto- Allá se reúnen
muchos de mis colegas.
-
Y muchas de
tus amiguitas de por las noches, ¿No? –preguntó Lina con su característica
malicia.
El parque Manuel de Unamuno o el Manuno como los vecinos lo llamabamos, lo
construyeron cuando se celebró la cumbre del forum en Barcelona. Por aquel
entonces se construyeron muchos parques parecidos a este. Era el momento de
demostrar que Barcelona existe para el resto del mundo y por ello la alcaldía
gastó millones en lavado de fachada para la ciudad.
Pero obviamente de eso había pasado mucho ya. El parque ya no era lo que
fue, ahora era propiedad de las bandas callejeras y se había convertido en un
lugar muy poco seguro. Solo los domingos, y como algo muy excepcional, aquel
sitio recobraba su antiguo esplendor. Se llenaba de familia sudamericanas que
pasaban el día comiendo, bebiendo y riendo con los suyos. Probablemente
recordando día mejores en sus tierras como Gabri había explicado:
-
Mira allí hay
gente, acerquémonos y vayamos llamando. A ver si hay suerte –dijo Bib.
Entonces, como si el universo así lo hubiese querido, un teléfono móvil
comenzó a sonar. ¿Casualidad?
-
¡Chicas!
¡Allí! ¡Es ella! –exclamó Lina corriendo hacia la muchacha.
Debía tener unos diecisiete años, veinte como mucho, era morena,
probablemente peruana. Y efectivamente, tenía mi teléfono móvil:
-
¡eh, tú!
–dijo con mucha grosería- ¿Eres Juanita?
-
No… -contesté
la chiquilla algo confundida- ¿Quién pregunta?
-
La tía que te
va a…
-
¡Lina!
–exclamó Bib llegando a donde estaban- Hola, nena. ¿Qué tal? Disculpa a mi
amiga, está un poco nerviosa. ¿Tú eres la famosa Juanita?
-
No, yo soy
Cynthia –contestó más relajada.
-
¿Me permites
probar una cosa? –dijo Bib señalando el teléfono.
-
Si, señorita
–dijo entregándoselo.
Rápidamente Bib marcó mi número y comprobó que el teléfono de Cynthia
sonaba. No había duda, era mi teléfono móvil:
-
¿De donde has
sacado este teléfono? –preguntó Gabri.
-
Me lo regaló
mi vecina. La señora Juanita.
-
Será guarra…
-añade Lina.
-
Verás, nena…
-dice Bib con diplomacia- El caso es que este teléfono es robado. Por eso te lo han regalado. Pertenece a una amiga
nuestra, por eso tenemos el numero. De ahí que tuvieses tantas llamadas.
-
Claro, ahora
entiendo. Maldita Juanita –dice Cynthia enojada.
-
¿Te importa
devolvérnoslo? Es importante para nosotras –añade Susana.
-
Llévenselo.
-
Gracias, Dios
te lo agradecerá –dice Gabri aferrada a su rosario.
Victoriosas lo cogen y se marchan directas a casa de Bib a revisar las
llamadas del día en que me asesinaron para obtener alguna nueva pista. Pero
claro, no todo podía ser tan fácil, alguien las había estado vigilando toda la
mañana sin que lo supiesen. Ni yo que ahora soy omnipresente, ¡Toma ya con la
palabrita!, me había dado cuenta.
-
Señoritas,
¿Dónde van con tanta prisa? –dijo el inspector Coronado apareciendo entre unos
arbustos.
-
Vaya –dijo
Bib intentando aparentar serenidad- Que casualidad.
De pronto Gabri hizo el ademán de echar a correr pero Coronado la cogió del
brazo para impedírselo:
-
De aquí nadie
se marchará hasta que hablemos, ¿Entendido?
-
Si, suélteme,
carajo. Me está haciendo daño –exclamó Gabri intentando zafarse.
-
¿Qué es lo
que quiere inspector? –insistió Bib.
-
Quiero que
dejemos clara una cosa –hizo una pausa que pareció totalmente impostada y
prosiguió- Estamos en el mismo bando. Buscamos lo mismo: La verdad. Y haciendo
cosas como estas lo único que consiguen es entorpecer la investigación. ¿Qué
tienes ahí Bib? –dijo señalando a donde ocultaba el teléfono móvil.
-
Esto –dijo
entregándoselo.
-
Así que este
es el famoso teléfono que tantos quebraderos de cabeza nos ha dado –dijo
Coronado observándolo- Puede que aquí encontremos las respuestas que andamos
buscando…
-
Ojala
–dijeron todas al unísono.
-
Y usted –dijo
el inspector señalando a Gabri- Por mi no tiene que preocuparse, yo no soy de
inmigración, a mi de hecho me da exactamente igual la situación en la que esté.
Le pido lo mismo que le pido a todas ustedes, pido cooperación. ¿Me van a echar
una mano para averiguar quien mató a Maria Alicia?
Todas asintieron. Lo que no sabían es que aquel pacto acabaría manchado de
sangre… Uno de ellos moriría a manos de mi asesino/a. Aquella investigación no
iba a ser más que el principio de un gran escándalo.
Capitulo Patrocinado por: Disparatado Asesinato en el Upper east Side
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