Cada cuatro años nuestro calendario tiene un día más y las mujeres, la oportunidad de declararle su amor a sus parejas: según una antigua tradición irlandesa, cada 29 de febrero son ellas quienes tienen la potestad de pedir en matrimonio a sus medias naranjas.
Según la leyenda, Santa Bridget hizo un trato con San Patricio y desde entonces, cada cuatro años, las mujeres pueden pedir a sus novios que se casen con ellas. Así, de la misma forma en que un año bisiesto regulariza el calendario, este día serviría para balancear los roles tradicionales de ambos sexos.
¿Y qué pasa si él se niega? La tradición indica que el sorprendido novio pague una “penalidad”, como un vestido o incluso efectivo, y en algunos países él debe comprar 12 pares de guantes para ahorrarle a la novia el disgusto de verse sin el deseado anillo de compromiso.
Fuente: terra.es
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