Al leer este artículo probablemente te sientas identificada,
¿sabes por qué? La explicación es sencilla: Entre tú y yo hay un denominador
común: Tú y yo hemos tenido a uno. En el pasado, puede que en el presente o
quizás en el futuro. De un modo u otro, me juego el cuello a que en algún
momento de tu vida has dado con uno de ellos.
Con este artículo no pretendo generalizar porque en todas
partes cuecen habas eso está claro. Es decir, de todo hay en todas partes: Buenos,
malos, altos y bajos. No obstante, yo me pregunto: ¿por qué todas hemos
conocido alguna vez uno de esos 'Jefes…'?
Y sí, los llamo 'Jefes…', puntos suspensivos incluidos. Los
apodo así porque recordarles, da igual en qué situación, siempre nos causa un
escalofrío seguido de un titubeo. Sólo mentarles produce una extraña desazón
que nos ata de por vida a ese mal recuerdo. ¡Y eso es así porque están locos! Y
es que son 'diferentes' a ti y a mí, de eso no cabe duda. Piensan distinto al
común de los mortales y actúan como les place. ¡Y lo hacen porque pueden! O al
menos eso es lo que ellos creen. Ellos piensan que el mundo entero está a sus
pies y que la plebe está para servirles día y noche.
Suelen cebarse con las personas que están por debajo de
ellos en el organigrama laboral por puro entretenimiento. Subsisten pisoteando
pobres secretarias; viven de hacerlas llorar, de volverlas locas, de volcar sus
frustraciones en ellas. En definitiva, se alimentan de la energía de los demás.
'Los jefes…' son vampiros; y no precisamente como los de Crepúsculo, estos sí
muerden.
A este tipo de "Jefes…" me gusta llamarles
"Jefes Vampiro". Son expertos actores encubriendo sus carencias y
magníficos ególatras a los que les encanta que se les adule; les maravilla
tener súbditos que coreen sus proezas. Muchos incluso contratan empleados
'mascota' para poder jugar con ellos y pasar el rato. Éstos, los empleados
'mascota', son como los Tamagochi de
antaño, un mero entretenimiento. Al menos hasta que sus apreciados 'Jefes…' encuentran
al siguiente incauto. Sus amos nunca les corresponden como ellos desearían y
eso hace que siempre acaben enemistados con aquellos a los que tanto admiraron
en su día. Conozco un caso en que el empleado 'mascota' fue sustituido por un
sacapuntas eléctrico.
Pero como dije al principio del artículo, de todo hay en
todas partes. No todos son malvados vampiros o locos desequilibrados. También
los hay buenos y comprensivos; "Jefes" que saben cómo tratar a sus
empleados y cómo sacar su máximo potencial. En la actualidad los mejores
directivos son aquellos capaces de conectar con sus equipos de una manera
emocional mucho más profunda, casi situándose a su mismo nivel. Hoy en día las
políticas de desarrollo ejecutivo se basan precisamente en eso, en conectar. En
lograr que el "Jefe" no sea un "Jefe" sino uno más del
equipo.
Es por ello que al igual que los vampiros de Crepúsculo, los
"Jefes…" también se están pasando de moda. Ahora lo que se lleva son
los "Jefes" cincuenta sombras más sensibles. El futuro está en la
empatía; ¿tú la practicas?
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