domingo, 9 de septiembre de 2012

Reseña: Citas en Manhattan - Emma Reverter


Si durante mucho tiempo fui una incondicional de las novelas 'chick lit' (novelas escritas por y para chicas, con protagonistas urbanas que buscan ascender en el trabajo, encontrar a un príncipe azul y ser felices en la vida al tiempo que meten la pata constantemente haciendo las delicias del lector), llegué a un punto de saturación en el que dije eso de "Hasta aquí hemos llegado". Al ser un género literario que se rige por unos esquemas inamovibles y que se considera 'literatura menor' (aunque yo discrepe), muchas autoras aprovecharon el tirón y se lanzaron de cabeza a escribir novelas de este género pensando que es tan fácil como crear a una protagonista con cartucheras que está enamorada del director de Recursos Humanos de la empresa y tiene por compañera de oficina a una arpía con zapatos de Gucci. ¿El resultado? Un mercado literario saturado de novelas 'chick lit' de una calidad bajísima, escritas por autoras que se notaba que se habían leído 'de pe a pa' a las reinas del género y que intentaban emularlas sin ningún éxito. La cosa llegó a tal punto de degeneración que yo, devoradora compulsiva de este tipo de novelas, acabé harta de ellas hasta el punto de decidir hacer un paréntesis indefinido y no volver a leer nada del género durante mucho tiempo. 


Con "Citas en Manhattan" no sé si puedo afirmar que he interrumpido esa parada indefinida porque no sé si esta novela se puede enmarcar dentro del género 'chick lit'. Tiene algunos guiños al género y, de hecho, podría incluirse sin problemas dentro de esa categoría. Pero yo más bien diría que es una novela realista, con tintes de 'chick lit' y grandes dosis de humor. Así que se podría decir que me he dado un chapuzón rápido en la piscina del 'chick lit' y me he vuelto a salir. Supe de la existencia de este libro porque su autora (Emma Reverter) fue entrevistada en un magazine radiofónico que escucho con asiduidad. Me pareció que el libro podría ser interesante por la manera en que lo enfocaban y porque su autora me pareció muy sincera. Lo peor que le puede pasar a una novela (y, por ende, a su autor) es que sea pretenciosa porque crea falsas expectativas. "Citas en Manhattan" tenía un peligro para mí que me hizo dudar de ella: olía a 'chick lit' español (las experiencias que he tenido con las novelas de este género a mano de autoras españolas han sido nefastas, llenas de "quiero y no puedo" y de intentos patéticos de emular a las reinas anglosajonas del género). Pero Emma Reverter me pareció muy clara: no pretendía vender alta literatura, ni la novela 'chick lit' española del siglo, sino que dejó muy claro que su obra era una novela divertida, de consumo rápido y de lectura ligera. Y así ha sido: una novela sin pretensiones la mar de divertida y amena. La autora y su estilo Emma Reverter es una periodista, abogada y escritora catalana que vive en Nueva York desde hace bastantes años, donde trabaja para medios españoles. Tiene una larga trayectoria como periodista y ha escrito numerosos artículos y reportajes sobre Guantánamo, Irak, Naciones Unidas y temas similares. "Citas en Manhattan" es su primera novela aunque ya está preparando un segundo libro diametralmente opuesto a éste, en el que tratará de un tema mucho más serio. Realmente, se nota que es periodista porque el libro está escrito en un estilo periodístico y su prosa es ágil, amena y clara. De hecho, el libro está estructurado en forma de columnas de periódico en vez de por capítulos, y eso agiliza mucho su lectura. "Citas en Manhattan" es una novela realista, pues la autora se ha documentado a fondo sobre el tema que trata y, si bien nos narra las cosas desde los ojos de la protagonista del libro (que viene a ser su 'alter ego'), lo cierto es que casi todas las situaciones e informaciones son reales y son fruto de una tarea de documentación. También tiene tintes de 'chick lit' o novela-comedia romántica porque la protagonista se ajusta mucho al prototipo de esos libros y, por supuesto, grandes dosis de humor (la protagonista vive situaciones muy divertidas).

Sinopsis 

Victoria Sachs es una periodista catalana que vive y trabaja en Nueva York escribiendo columnas y artículos para medios españoles. Al inicio de las vacaciones de verano, su jefe la llama para decirle que, durante la temporada estival, no escriba sus habituales columnas deprimentes sobre Guantánamo, Irak y los derechos humanos porque los lectores se van de vacaciones y necesitan algo más ligero y frívolo para entretenerse; no quieren amargarse durante sus vacaciones de verano leyendo sobre las desgracias que pasan en el mundo y, la encuesta de fidelidad a los lectores del periódico, así lo demuestra. Victoria no sabe qué hacer: ella es una periodista seria y no se ve escribiendo sobre temas frívolos como el famoseo, el mundo rosa y últimas tendencias en moda. Ojeando el periódico se encuentra con una "asesora de citas" que ofrece sus servicios. Decide contratarla, haciéndose pasar por una chica que busca pareja, para poder escribir sus columnas hablando del apasionante mundo las citas en Nueva York. Esto la llevará a descubrir un negocio que mueve millones de dólares al año en los Estados Unidos y a vivir situaciones muy divertidas. 

El libro 

En una sociedad de consumo como la actual en la que el marketing se ha encargado de crear necesidades (por mucho que sus teorías digan que no las crea, sino que las detecta), cada vez son más los servicios y negocios disponibles en el mercado que buscan esa necesidad real, ya existente, escondida en el subconsciente colectivo para sacarla a flote y explotarla al máximo, hasta convertirla en una necesidad inventada que cale en la gente y la convenza de que no puede vivir sin "X" producto o servicio. Si nos paramos a pensar un momento, ¿cuál es uno de los elementos más preciados y codiciados en nuestra sociedad actual de ritmo frenético? El dinero es, posiblemente, la respuesta que habrá venido a la cabeza a más de uno. Y, mientras que es importante, hay algo mucho más importante e intangible que casi todos los habitantes de las sociedades modernas anhelan: el tiempo. Como dice una canción versionada por el grupo Scorpions, "all your money won't another minute buy". O sea: todo tu dinero no podrá comprar otro minuto. En una sociedad de horarios laborales infernales, ritmos de trabajo frenéticos y gente que siempre va con prisas para llegar a ninguna parte, el tiempo (sobretodo el libre) se ha convertido en un bien escaso y es mucha la gente que, cuando busca trabajo, valora los horarios laborales por encima del salario. 

Y el tiempo es, precisamente, el punto de partida que dio origen al "big bang" del negocio de los asesores de citas (que es de lo que trata esta novela). Emma Reverter nos cuenta, mediante la protagonista del libro (Victoria), cómo funciona el mundo de los asesores de citas, de la búsqueda de pareja por Internet, de las citas rápidas (speed dating) y la complejidad de un negocio que en España nos parece raro pero que, en Estados Unidos, es lo más normal del mundo. Victoria se pone en contacto con una asesora de citas que hace las veces de secretaria personal para gente que busca pareja. A simple vista, buscar pareja mediante un asesor de citas puede parece frívolo, poco romántico y el colmo del absurdo (es como si la secretaria personal de un director de empresa le buscara pareja y le organizara las citas) pero, en Estados Unidos, la del "asesor de citas" es una profesión que está totalmente normalizada y aceptada y que genera millones de dólares al año en el mercado de los singles. La asesora que contrata Victoria es una mujer totalmente normal: psicóloga, titulada por una prestigiosa universidad, con una vida y una familia normales que hace las veces de 'secretaria' para la gente que contrata sus servicios. Básicamente su trabajo consiste en seleccionar y organizar las citas de sus clientes. ¿Y quién son sus clientes? Pues gente con dinero pero sin tiempo. (¿Veis? El tiempo es la clave: sus clientes son gente que no tiene tiempo de socializar). La asesora (Sarah Lovely) trabaja según tres tipologías de clientes: los clásicos (que prefieren que sea la asesora la que se encargue de buscarles pareja en su base de datos según gustos y afinidades), los modernos (que buscan pareja por Internet y quieren que su asesore les guíe y ayude para encontrar las páginas web más fiables y les redacte los correos y las respuestas) y los sociales (a los que les gusta socializar y acudir a citas rápidas, fiestas para singles, eventos para gente que busca pareja, etc). Victoria Sachs irá experimentando con las tres modalidades (tomándoselo siempre con cachondeo) y eso la llevará a vivir situaciones de lo más surrealistas. 

Cosas interesantes que plantea el libro 

Este tipo de negocio a nosotros nos parece frívolo y absurdo, pero los razonamientos que plantea el libro son de lo más acertados. Buscar pareja es como buscar piso: puedes hacerlo a través de Internet, por medio de conocidos, buscando anuncios en el periódico, por la calle, etc. También lo compara a invertir: mejor ponerse en manos de profesionales o, si lo haces tú, dominar muy bien el terreno. Por otra parte, los asesores de citas tienen todo un código ético para llevar a cabo su trabajo: piden informes sobre sus clientes (médicos, bancarios, etc.) para conocer su vida y buscar así parejas afines a ellos. Si nos paramos a pensarlo fríamente, existen asesores de moda, de inversiones, bancarios, etc. ¿Por qué no contratar un asesor de citas? Si no tienes tiempo para algo, busca a alguien que lo haga por ti. 

La sociedad americana tiene la mente mucho más abierta en lo que se refiera a la hora de encontrar pareja. El negocio de los asesores es allí tan normal como cualquier otro y los portales de citas por Internet están de lo más aceptados, así como también las citas rápidas (en las que hombres y mujeres que no se conocen de nada tienen charlas de 8 minutos para decidir si se gusta no no). De hecho, es muy curioso ver que existen cientos de portales para perfiles de lo más variopintos y precisos (gente con animales, gente pelirroja, vegetarianos, etc). En España tenemos más pudor a la hora de hablar de los portales de búsqueda de pareja y, realmente, sólo hay un par de empresas en ese sector que sean "potentes" (realmente les va muy bien, a pesar de que a la hora de la verdad nadie admite haber usado sus servicios). 

Los clientes de los asesores de citas no tienen porque ser necesariamente 'raros' (hay de todo, como en la vida real) sino que son, básicamente, gente sin tiempo (pero con dinero, eso sí) que no quiere perder el poco que tiene socializando y va al grano. Desde empresarios que, por su trabajo, tienen que pasarse toda la semana viajando de un país a otro y cuando llega el fin de semana quieren tener a alguien con quien salir, pasando por gente que trabaja mucho y no tiene tiempo de hacer amigos, hasta gente que se acaba de mudar a la ciudad y no conoce a nadie etc. El mundo de los singles (solteros) genera toda una industria millonaria a su alrededor que pocos se pueden imaginar. ¡Hay incluso empresas que rompen relaciones por ti! Contratar un asesor, pues, no es tan raro: hay quien contrata a un entrenador o 'personal trainer' para que le ayude a adelgazar. Los asesores entrenan para ayudar a encontrar el amor. Contratar uno es mucho más seguro que intentar ligar por Internet (donde la mayoría de la gente miente y donde la criba que tienes que hacer es mucho más complicada, además de ser peligroso). 

El libro lanza un dardo envenenado maravilloso al mundo del periodismo. Cuando Victoria recibe el encargo de escribir una columna 'frívola', le dice a su jefe que ella no sabe cómo hacer eso. ¡Ella es una periodista seria! Aunque admite que sus columnas sobre Guantánamo, refugiados y derechos humanos quedan muy bien en el periódico porque le dan prestigio pero que en realidad no las lee nadie. Lo que vende es un entierro, una boda y el morbo del famoseo. La gente, estando de vacaciones, no quiere leer sus columnas deprimentes: quieren negar la realidad y leer sobre frivolidades e ignorar la realidad (algunos la ignoran todo el año). En ese aspecto, el libro encierra un mensaje subliminal delicioso: el mejor remedio contra la conciencia es la indiferencia. 

Otro de sus dardos envenenados va dirigido al mundo de los 'blogers'; en concreto, de los egocéntricos. En el libro aparece el blog de un internauta que se las da de listo y narra las peripecias de su vida, haciendo parecer que ésta es de lo más interesante (citas con modelos, borracheras, sexo, las mujeres babean por mí, soy un experto en el amor). Incluso da consejos y se las da de sabiondo, como esas personas que lo saben todo. Es un claro mensaje subliminal a todas aquellas personas que tienen blogs y se dedican a aliñar sus narraciones con grandes dosis de "excentricidades urbanas" para hacerlas más interesantes y encima dan consejos morales: un simple trabajo en una oficina puede convertirse en toda una aventura en la que tú eres el rey del mambo si le echas imaginación y pedantería. No hay que olvidar que "los que siempre están de vuelta de todo, son los que no han ido a ninguna parte". 

La practicidad de los americanos para según qué cosas es de admirar. En el libro, se nos muestra cómo no tienen reparos en admitir que usan los servicios de un asesor de citas (en España te mirarían como si usaras los servicios de una alcahueta). Son mucho más prácticos y lo tienen todo más claro en este aspecto. Por ejemplo, otro dato muy curioso del libro, nos muestra que los americanos tienen jurisdicción sobre el anillo de compromiso. Incluso hay casos que llegan a los tribunales (parejas que rompen y van a los tribunales por el anillo para que éstos decidan quién se lo queda). También tienen unas normas no escritas sobre el tema como cuánto es aconsejable gastarse, qué tamaño debe tener el diamante, qué pasa cuando el anillo es herencia familiar y la relacion ación se rompe, etc. Muchas mujeres se lo compran ellas mismas por miedo a que el novio no les acierte en los gustos (y es algo que tendrás que llevar toda la vida). Practicidad ante todo. 

El libro está escrito en primera persona, narrado por la propia Victoria Sachs en sus columnas para el periódico catalán con el que colabora. La novela está estructurada a modo de columnas y es muy fácil de leer. Además, está escrito en un tono humorístico muy divertido. Las peripecias que vive son realmente divertidas (citas desastrosas, situaciones vergonzosas, meteduras de pata, líos, etc). Tiene una historia sencilla, directa, con un estilo narrativo periodístico muy ágil y dinámico que convierte esta novela en una lectura realmente fresca.

Lo mejor de todo es la caricaturización de los habitantes de las grandes ciudades de la sociedad actual: divertidas y reales al 100%. La protagonista es una chica normal, que vive en Nueva York y tiene una vida de lo más rutinaria (sin grandes excentricidades) poco amiga del riesgo y amante de la rutina. Su trabajo de investigación del mundo de los asesores de citas la llevará a vivir situaciones de lo más variopintas. 

¿Recomendado? 

Sí. Es un libro que se lee de un tirón; una lectura ideal para cuando se busca algo ligero. No es una novela en la que los personajes estén desarrollados en profundidad: simplemente mezcla la ficción con el reportaje periodístico, pero todo en su justa dosis (en alguna parte encontré demasiado reportaje, pero nada grave). Es una novela interesante de leer por la perspectiva que aporta y el análisis que hace la sociedad moderna y sus nuevas necesidades, además de mostrar en profundidad el negocio y dinero que se genera alrededor de los solteros y del mundo de las relaciones personales. Además, desmonta el mito de que los que usan estos servicios tienen que ser unos degenerados, unos freaks o unos perdedores. La protagonista es realmente entrañable por su manera de ser, las reflexiones que hace y las cosas que le pasan. Es una historia sencilla con su inicio, nudo y desenlace (muy divertido, por cierto) que nos muestra la realidad a través de un personaje de ficción. Totalmente recomendada para épocas en las que el cuerpo te pide lecturas sencillas y para pasar un buen rato. Mejor esta novela que muchísimas chick lit que han salido al mercado en los últimos años, desde luego. No es alta literatura, ni lo pretende, pero entretiene y, además, informa. ¿Qué más se le puede pedir? 


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