CAPITULO CINCO – LA MALDICION (PARTE 1)
No hay
que confundir la velocidad con el tocino ni el sentido común con la sensatez.
Se puede tener del uno pero no poseer el otro. La chica invisible siempre
estuvo por encima de los demás. En madurez, en sensatez, a nivel emocional…
Pero en ocasiones la vida es cruel y da fuertes golpes que nos transforman en
otras personas. Personas que son una sombra de lo que fueron y que poco a poco
se alejan perdiéndose en la oscuridad.
Todo
empezó con el fallecimiento de su padre. Experiencia que obviamente la marcó
para siempre. De primeras se refugió en sus amigos. Necesitó de ellos y ellos
estuvieron ahí por ella. Si esperar nada a cambio.
Todo
andaba sobre ruedas. Las cosas fluían correctamente pese a también
recientemente haber perdido a la mujer bomba. Pero no siempre es todo lo que
parece y no siempre las amistades están a la altura de lo que se espera de
ellas, en este caso por ambas partes.
La mujer invisible necesitaba marcha, necesitaba desenfreno, necesitaba ser otra persona. Refugiarse en actos muy alejados de lo que ella había sido. Obviamente cuando un cambio es tan radical, y no se tiene a nadie alrededor que lo apoye uno se ofusca, se amarga y acaba recurriendo a otro tipo de soluciones.
La mujer invisible necesitaba marcha, necesitaba desenfreno, necesitaba ser otra persona. Refugiarse en actos muy alejados de lo que ella había sido. Obviamente cuando un cambio es tan radical, y no se tiene a nadie alrededor que lo apoye uno se ofusca, se amarga y acaba recurriendo a otro tipo de soluciones.
Realmente
la amistad de la chica invisible y la mujer bomba jamás fue muy profunda. Si
tuviésemos que definirla diríamos que era algo superficial e interesado. Eran
una pareja perfecta de petardas preparadas para ir de compras. La mujer
invisible tenía esa faceta fashion y a la vez una gran responsabilidad e
inteligencia para con la vida que la hacía una persona muy sensata.
En contrapunto
a ella estaba la mujer bomba. Siempre fue alocada y divertida. Extraña y
particular. Pero finalmente opto por vivir la vida a su manera. Una manera que
según ella no era compatible con sus amigos. Un estilo de vida que no dejaba
hueco al pasado.
Era la
situación perfecta. Una chica que renegaba de su pasado. Y otra que necesitaba
olvidar. Como una perfecta aleación química se unieron forjando poco a poco una
amistad que hoy en día si que es real y profunda. Siempre, y de manera extraña,
la chica invisible llevó como equipaje de mano a Gordinaria. Realmente las
experiencias religiosas unen mucho, y claro, uno no se confirma a si mismo cada
día.
CAPITULO SEIS – LA MALDICION (PARTE 2)
Ya se
dice que por el interés te quiero Andrés. La mujer bomba necesitaba fiesta, y
como las otras dos lobas eran ya animales nocturnos se unieron configurando así
el grupo de las caninas.
Lo que hacían o dejaban de hacer no nos es de gran interés desde un punto de vista evaluativo ya que como es lógico cada quien tiene el derecho a hacer lo que le venga en gusto siempre y cuando respete los derechos de los demás. Y fijaros bien que no estamos hablando de sentimientos, porque eso si que no se respetó.
Lo que hacían o dejaban de hacer no nos es de gran interés desde un punto de vista evaluativo ya que como es lógico cada quien tiene el derecho a hacer lo que le venga en gusto siempre y cuando respete los derechos de los demás. Y fijaros bien que no estamos hablando de sentimientos, porque eso si que no se respetó.
La vida
es curiosa, y las maldiciones diversas. Existe una profunda y fundamentada
creencia que persiguió durante un tiempo a este grupo de amistades y que se
basaba en que: “Debe morir un padre por año” y así fue en el año siguiente.
Rondando las mismas fechas.
En esta
ocasión murió el padre de Rasputin, personaje conflictivo y zizañero donde los
halla. Siempre jugó a manipular y malmeter a unos y a otros consiguiendo así el
odio y el aprecio a la vez de muchos de ellos. Suele ser común en todas partes
que hay personas que están a la altura de las circunstancias en ocasiones como
estas y otras que no.
Por lo
general tendemos a pensar que los amigos están junto a una persona en esos
momentos. Que se desviven por acompañar y por ayudar. Pero hay ocasiones en las
que no es así. Ya sea porque trae un mal recuerdo o porque sencillamente se
está tan alejado ya de esa realidad que no interesa mezclarse en ello. Así fue
como una vez más una de las amistades de aquel grupo fue haciendo mella y acabó
como tenía que acabar. En la nada.
Cosa
extraña cuando estamos hablando de amistades profundas y afianzadas. Que vienen
desde tiempos de la
EGB. Demasiado pensarán algunos, poco pensaremos otros. Y así
fue como aquella sensata chica se transformo en algo invisible y se perdió en
la nada.
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