El lenguaje no es inocente, y no
sólo eso, es que además nos condiciona. A través de las palabras, de la manera
de expresarnos, del modo que empleamos al comunicarnos, somos capaces de
moldear la realidad; pero no sólo la moldeamos, también la creamos. Así pues,
se puede decir que con el lenguaje creamos la realidad que vivimos. Y eso es
peligroso. Lo es porque podemos crear las realidades que más nos favorezcan.
Tan sólo hemos de ser conscientes de que con el lenguaje seremos capaces de
generar una serie de reacciones en el receptor de nuestro mensaje.
Suena rimbombante, pero en
realidad no lo es. Es algo sumamente sencillo. Antes de adentrarme un poco más
en el casi “sobrenatural” poder de las palabras, os haré una pequeña síntesis de
los factores que intervienen en la comunicación:
En una simple conversación de dos
personas hay que saber que existe un emisor y un receptor, un mensaje, un contexto
y un canal. A grandes rasgos, estos son los elementos principales que
intervienen en el proceso de la comunicación. El mensaje es lo que tiene el
contenido, el canal es el medio que se selecciona para divulgarlo y el contexto
es donde se origina la comunicación, siendo emisor y receptor los que
intercambian el mensaje.
Dicho lo cual, queda bastante
claro que si se manipula el contenido del mensaje, se puede manipular al que lo
recibe. Sólo tendremos que seleccionar cuidadosamente las palabras que
emplearemos para ello. Sabiendo entonces que podemos llegar a construir un
mensaje “adulterado”, será necesario que siempre estemos muy atentos al
lenguaje que escogemos cuando nos comunicamos.
A continuación os detallaré
algunos ejemplos de como una simple conjunción puede llegar a generar en el
receptor una duda razonable sobre algo:
1. Apple
es una de las marcas más importantes del momento. – Esta es una afirmación que
más allá de lo que dice, no genera ningún tipo de emoción. Es objetiva e
informativa.
2. Apple
es una delas marcas más importantes aunque no la más importante – En esta
ocasión añadir la conjunción aunque hace que el receptor reciba el mensaje
modificado, que al recibirlo piense: Es importante, pero no tanto.
Inconscientemente está comprando la información, no se la plantea. Simplemente
la absorbe y ahí queda.
3. Apple
es una de las marcas más importantes pero no tanto – En este caso ese pero hace
que quien reciba la información relativice inconscientemente el contenido del
mismo. Lo coge, lo analiza y automáticamente relativiza la primera parte.
Estos tres ejemples nos
demuestran claramente como seleccionando una sola palabra somos capaces de
cambiar la percepción del receptor en cuanto al contenido de un mensaje. ¿Qué
se podría llegar a hacer conociendo por completo los trucos y trampas que
esconde el lenguaje? ¿Cuan efectivo sería este conocimiento en manos de un
hábil vendedor?
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que buena entrada!! estoy completamente de acuerdo, de hecho yo suelo juzgar más a la gente no por como luce, sino por la forma en la que habla y se expresa.
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