La palabra Némesis es el término que se utiliza para hablar sobre lo opuesto a uno, lo que a uno le hace frente y se opone de manera completa. Es una figura que supone sentimientos y elementos negativos, es el conjunto completamente negativo y opuesto a una persona.
El nombre Némesis proviene del griego, para la antigua cultura griega Némesis era una diosa que aplicaba justicia y venganza sobre aquellos que no cumplían con los designios de los dioses. Como su tarea era justamente castigar a los seres humanos, la Némesis queda hoy en día asociada con elementos negativos y oscuros.
La diosa Némesis griega no es tan conocida como otras, pero su tarea en el mundo de los dioses y de los humanos no era menos importante que el de otros dioses. Esto es así ya que Némesis castigaba a los seres humanos que no seguían o no respetaban el designio de los dioses pero a su vez ella misma se ubicaba por encima de los dioses del Olimpo pudiendo considerársela una diosa superior. Si bien era representada como una diosa hermosa, también se tendía a representarla en imágenes, esculturas y demás obras artísticas con un aspecto un tanto lúgubre para remarcar el hecho de que en su poder estaba la justicia divina.
Es una deidad primordial, por lo que no está sometida a los dictámenes de los dioses olímpicos. Castiga sobre todo la desmesura. Sus sanciones tienen usualmente la intención de dejar claro a los hombres que, debido a su condición humana, no pueden ser excesivamente afortunados ni deben trastocar con sus actos, ya sean buenos o malos, el equilibrio universal. Un claro ejemplo lo encontramos en Creso, que al ser demasiado dichoso fue arrastrado por Némesis a una expedición contra Ciro que provocó su ruina.
También se considera que era la diosa griega que medía la felicidad y la desdicha de los mortales, a quienes solía ocasionar crueles pérdidas cuando habían sido favorecidos en demasía por la Fortuna. Con este carácter nos la presentan los primeros escritores griegos, y más tarde fue considerada como las Furias, es decir, como la diosa que castigaba los crímenes. El poder irresistible de Némesis está expresado por su asociación con Adrastea, divinidad asiática que se confundió con ella, hasta ser este nombre uno de sus epítetos. Némesis es uno de los atributos del dios supremo, y era, en unión de Adrastea, el instrumento de la cólera divina.
El origen del culto a Némesis hay que buscarlo en el temor que sentían los griegos a la cólera divina. Hesíodo presenta a Aidos y Némesis indignados del espectáculo de la perversidad humana, huyendo de la Tierra, envueltos en velos blancos; de suerte que, para él, Némesis no es más que una personificación del sentimiento moral, reprobador de toda violencia y de todo exceso. El primer templo y los primeros altares que tuvo Némesis estuvieron en Ramnonte, situado en la región del Ática. Durante mucho tiempo su culto no salió de allí.
Considerada por algunos como la fuerza o poder del Sol, su culto se había extendido por toda la tierra. Era venerada por los persas, asirios, babilonios, egipcios y etíopes. Orfeo llevó su culto a Grecia e Italia y la colocó entre sus principales divinidades bajo el nombre griego de Némesis. Tenía un altar en el Capitolio al que los guerreros iban a sacrificar antes de partir para los combates y le ofrecían un machete o una cuchilla.
De esta diosa proviene entonces la idea de Némesis, concepto utilizado hoy en día en nuestro lenguaje. La Némesis es normalmente comprendida como aquello que se opone directamente a uno mismo. Así, la Némesis de una persona puede ser descrita como su enemigo más importante e íntimo, aquel que conoce a la persona de manera íntegra y sabe cuáles son sus debilidades y miserias. La idea de Némesis está muy presente en la iconografía de los cómics y de los héroes en general ya que a pesar de ser los mismos muy poderosos, siempre presentan algún enemigo importante que puede tener el poder de vencerlos fácilmente por conocer sus debilidades.
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