jueves, 19 de abril de 2012

Disparatado Asesinato en el Upper East Side - CAPITULO 9


Ha pasado ya un rato y aún me siento ruborizada. Ha sido una situación completamente embarazosa. Cuando he salido del local me he dado cuenta de que era un establecimiento de relax para adultos: “Hot Bodies & Care”

Como recompensa Karmica al salir del local rápidamente he encontrado un taxi y me he montado en él. Voy de vuelta al Flatiron a recoger a Ash a la oficina, pero no sin antes hacer una parada en una de las plantas inferiores. De pronto suena mi teléfono móvil. Veo en la pantalla la fotografía de Josh:

- ¿Dónde te has metido todo el día?-pregunta ansioso, oigo mucho ruido a su alrededor.
- Trabajando. ¿Y tu donde estás?, ¿Qué es ese ruido?
- Estoy en el Madison –contesta gritando- Estoy viendo un partido de Hockey.
- ¿De Hockey? –pregunto con incredulidad- ¿Tú?
- Sí, estoy buscando un buen mocetón –confiesa con completa naturalidad. ¿De donde habrá sacado semejante idea?
- Esta mañana he leído en una revista que para encontrar el amor hay que salirse de los senderos que habitualmente uno recorre… -dice haciendo una pausa y de pronto lo oigo gritar- ¡Eso ha sido falta arbitro! –de nuevo una pausa y escucho como le dice algo a alguien cercano a él- ¿No te ha parecido falta?, guapo…
- ¡Josh! –grito intentando captar su atención, el taxista me mira de reojo por el espejo extrañado- Tengo algo importante que explicarte.
- Dime, cara. Soy todo oídos. ¡gol! –de pronto escucho una voz que no conozco.
- En Hockey cuando un jugar marca se dice que ha anotado un punto. No se les llama goles.
- Ahhh… -escucho que Josh está a punto de insinuarse- ¿Cuándo acabe el partido querrías tomarte una cerveza conmigo y explicarme estas cosas mejor? –hay un momento de silencio con mucho ruido ambiental y al fin el desconocido dice.
- Eso está hecho.
- ¡Josh! –grito de nuevo.
- Todo tuyo, perdona. Tenía que ser ahora o nunca…
- Bien, escucha atentamente. –explico tomando una bocanada de aire- ¡esta mañana me he encontrado con Billy!
- !!!!!!!!¿Billy?¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ -exclama escandalizado.
- Si,… Billy Mackenzie. Ahora resulta que trabaja en mi mismo edificio.
- ¿Tu Billy? –dice como si hubiese entrado en estado de shock- ¿El Billy de Stony Point? –toma aire y de repente me dice de carrerilla- ¿El Billy que te plantó? ¿El mismo que te rompió el corazón y te dejó emocionalmente disfuncional? ¿El… -de pronto lo corto.
- ¡Si!, Es ese Billy. No hace falta que hurgues en la herida.
- ¿Y que le has dicho?, ¿Qué te ha dicho él a ti?, ¿Qué ha pasado?, Cuéntamelo todo –me dice prácticamente enloquecido.
- No le dije nada. Me quedé bloqueada, pero…
- ¿Vas a volver a verle?
- Si. De hecho ahora mismo voy a su oficina.
- ¿Habéis quedado?
- No exactamente, he decidido ir y decirle todo lo que pienso. Espero pasar página de una vez por todas.
- ¡Bien hecho! –de nuevo se pone a gritar. ¿Me lo dice a mi o al equipo que está jugando? - ¿Quedamos luego y me explicas que te ha dicho?
- De acuerdo. He quedado con Ash para animarla…
- ¿Qué le pasa?
- La ha dejado el novio.
- ¿Ash tenía novio?
- Es una historia muy larga. Te lo explico luego mejor. ¿Quedamos a las 21.00 en el Chic Flamingo?
- De acuerdo, hasta entonces. Suerte con Billy.
Al colgar me siento fuerte y animada, deseosa de zanjar el asunto y mirar al mañana de una manera diferente. Siento que algo ha cambiado dentro de mí, ¿Es posible que un encuentro fortuito te cambie de manera radical? Mientras espero a que el taxi me lleve a la oficina me acurruco en el asiento intentando relajarme por completo.

Sin poder evitarlo mi cabeza vuela a la noche del baile de graduación. De pronto estoy de nuevo en el año 1989 y de fondo suena el “Like a Prayer” de Madonna. Estoy bailando tan acompasada que incluso siento como el ritmo de las notas musicales guía mis movimientos, me muevo con una sincronía perfecta. Las luces de colores giran locamente sobre mi piel y no puedo dejar de pensar que soy feliz. 

De repente es como si el momento se ralentizase. Todo pasa a suceder a cámara lenta. Veo como la señora Tingle se aproxima con decisión hacía mi. Algo malo está sucediendo, su cara refleja preocupación, su rostro está prácticamente desencajado. Miro a mi alrededor buscando a Billy y no lo encuentro, ¿Estará bien?, ¿Le habrá pasado algo?

Suavemente la señora Tingle me retira de la pista de baile hasta acompañarme al pasillo, fuera del gimnasio donde se está celebrando la fiesta y respirando profundamente me dice:

- Cariño… -dice mirándome con los ojos llorosos- Has de ser muy fuerte e intentar no venirte abajo.
- ¿Qué ha pasado? –Pregunto al borde del ataque de nervios- ¿Es Billy?, ¿Le ha pasado algo a Billy?
De nuevo me coge las manos, la suyas están temblando, me abraza fuerte y me dice con extrema desesperación:

- Tu padre ha tenido un accidente de coche mientras venía a recogerte…
- ¡¿Qué?! –pregunto intentando convencerme de que no está pasando- ¿Cómo?... ¿Cómo está?
- Cariño... –veo como un par de lagrimas brotas de sus ojos y me siento morir, sé lo próximo que dirá- Tu padre ha muerto…

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