AVISO PARA LECTORES SENSIBLES:
Cualquier parecido con los personajes originales no es más que una casualidad. De antemano pido disculpas por comentarios racistas, homofobos, insultos o expresiones malsonantes. Son solo expresiones que utilizarían el tipo de personajes que protagonizan la historia. Para nada son opiniones del autor o de la propietaria del blog.Ruego que nadie se ofenda.
Los días de mercadillo eran días muy especiales para mis amigas y para mí. Aunque todas estábamos en paro siempre rascábamos algún eurete de nuestros subsidios para comprarnos algún chandal o alguna braga a buen precio. Así fue hasta que me mataron. Después de ese fatídico día yo me límite a mirar con ellas lo pasaban bien.
Cualquier parecido con los personajes originales no es más que una casualidad. De antemano pido disculpas por comentarios racistas, homofobos, insultos o expresiones malsonantes. Son solo expresiones que utilizarían el tipo de personajes que protagonizan la historia. Para nada son opiniones del autor o de la propietaria del blog.Ruego que nadie se ofenda.
Los días de mercadillo eran días muy especiales para mis amigas y para mí. Aunque todas estábamos en paro siempre rascábamos algún eurete de nuestros subsidios para comprarnos algún chandal o alguna braga a buen precio. Así fue hasta que me mataron. Después de ese fatídico día yo me límite a mirar con ellas lo pasaban bien.
Las cinco vivíamos en el mismo bloque de protección oficial, fue allí donde
nos conocimos. Primero fuimos vecinas y más tarde amigas. Ya se sabe, compartir
azotea para tender la ropa acaba uniendo.
A la primera que conocí fue a Bibi, más conocida como Bib. Se caracterizaba
por ser un ama de casa clásica, adicta al orden y la limpieza, a parte de a los
somníferos y los relajantes musculares. Las cuatro siempre ibamos los jueves a
su casa a merendar y a jugar al bingo.
Después estaba Linnatte, antes conocida como Lolo, reconocida por sus
amigas como Linna. Tras una caótica adolescencia marcada por los malos tratos del
alcohólico de su padre Linna descubrió que lo quería ser era mujer y empezó a
transvestirse. Tras la muerte por sobredosis de su hermana Lina se tuvo que
hacer cargo de la educación del Jona, su sobrino, un delincuente juvenil de
tomo y lomo.
Entre mis amigas también estaba la guacamaya de Gabriela, Gabri para las
amigas. Esta era una peruana sin papeles que se metió de ocupa en uno de los
pisos del bloque. Ir con ella al mercadillo era muy divertido porque siempre
teníamos que estar huyendo de la policía por miedo a que le pidiesen el permiso
de residencia. Aunque ella siempre lo negase todas teníamos la teoría de que se
sacaba sus dineritos haciendo limpieza de sables por las noches en el parque de
delante, pero esto tan solo es una teoría.
La última es Susana, más conocida como la Susi , mamá de la Jennifer y del Kevin
José, mellizos. Esta era de todas mi mejor amiga. Sin lugar a dudas es la más
tonta de todas, pero yo le tenía mucho cariño. Puede que fuese porque me daba
pena, su marido la pega. O quizás la pena fuese porque también su hijo la pega,
no lo sé, sea por lo que sea siempre ha sido a la que más cariño le he tenido.
Es como si fuese una niña pequeña, inocente y entrañable. Es una lástima que
haya tenido tan mala suerte en la vida.
Aunque visto ahora mismo la más desgraciada he sido yo, a ella por lo menos
no la han matado. No todavía. Si pudiese darle un consejo ahora mismo le diría
que siempre que le peguen una somanta de palos mire de ir presentable, así por
lo menos cuando se la carguen estará presentable para salir en el
tele-noticias.
Aquel día el mercadillo estaba especialmente tranquilo, para la hora que
era no había demasiada gente, puede que las nubes que anunciaban tormenta
tuviesen algo que ver, quizás también había ayudado que los mossos d´esquadra
hubiesen paseado por allí.
A causa de la presencia policial mis amigas se habían escondido tras el
furgón de la churrería para proteger a Gabri. Allí, escondido también, estaba
Mohamed, un vecino del barrio que se ganaba la vida vendiendo cositas robadas:
-
Bonitas
señoritas ¿Querer cosas que yo traigo? –preguntó mostrándoles un pañuelo en el
que tenía diversas alhajas.
-
A ver, trae
pa ca –dijo Lina- ¡Que anillaco más chanante! ¿No os parece? –dijo eufórica
mostrando un anillo de brillantes de tamaño desorbitado.
-
Que poca
clase que tienes nena… -dijo la Bib, siempre perfecta ella- Ahora lo que se
lleva son los brillantes de Esbarroski.
-
Que
Esbarroski ni que ocho cuartos catetorra –le replicó- Lo que se lleva es el
oro. ¿Tienes algo de oro?
-
Si, yo tengo
–dijo Mohamed revolviendo entre los objetos robados- Bonito pendientes. Muy
bonitos y baratos.
-
¡Licensiadas!
–exclamó la Gabri- Estas joyas son de Maria Alicia.
-
Tienes razón
–dijo la Susana igual de sorprendida- ¿De donde las has sacado?
-
Yo no saber
–hizo una pausa y dijo apresurado- Primo mío Algeciras, mercancía buena, bonita
y barata. No saber más.
-
¡Mira moraco!
–exclamó Lina dejando salir a Manolo de paseo- O nos dices de donde coño has
sacado los pendientes de nuestra amiga o te doy tal ostia que te envío a
Marruecos sin pasar por la aduana. ¿Me entiendes?
-
¡Vale! ¡Vale!
–dijo haciendo señales de paz- Ayer yo encontrar en descampado.
-
¿Qué
descampado? –preguntó la Bib inquisitorialmente.
-
Allí donde
río, donde construir casino…
-
¿Y que harían
allí sus pendientes? –preguntó la Susana a las demás.
-
No lo sé,
pero esto no es normal –dijo la Lina- Tendríamos que intentar averiguar que le
ha pasado. Ya no me creo que esté en el pueblo. No es normal que no haya
llamado en todos estos meses.
-
¿Y los
Whatcha qué? –preguntó la Susana.
-
Cualquiera
podría haberlos escrito. ¿No habéis notado que para ser ella casi no había
faltas de ortografía? –dijo la Bib.
Durante los siguientes minutos se miraron las unas a las otras y yo me
cagué en la puta madre de Bib por su amable comentario. Cuando ataron cabos la
primera en hablar fue la Gabri:
-
Chiquitas
¿Han pensado que quisas alguien quiere que creamos que Maria Alicia está bien,
cuando en realidad está en verdaderas dificultades? –preguntó retirándose el
flequillazo engominado para un lado- Ahorita mismo deberíamos hablar con el ex
de ella… Por fuerza tiene que saber algo…
-
Creo que es
lo más sabio que has dicho desde que nos dijiste que te estabas pensando
volverte a tu país –añadió la Lina con aplomo- ¿Veis porqué la llamo Guacamaya?
-
¿Por qué?
–preguntó la Susana con inocencia.
-
Porque las
pilla al vuelo… -contestó la Lina sonriendo.
Así fue como mis amigas empezaron a sospechar que algo misterioso me había
sucedido. En sus manos tenían la primera pieza del puzzle que iba a conducirlas
hasta la persona causante de mi muerte.
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