¿Quién no ha visto Psicosis? Me
refiero al clásico cinematográfico dirigido por Alfred Hitchcock interpretada
por Anthony Perkins.
Seguro que muchos. Estoy
convencido de que quien no la haya visto, sabe perfectamente de que película
estamos hablando. Es más, juraría que todo el mundo la identifica al instante
con la famosa escena de la ducha en la que Jannet Leigh, la madre de Jamie Lee
Curtis, es asesinada. Pero…
¿Cuántos sabíais que la película
estaba basada en una novela?
Hasta hace un mes no tenía ni
idea de que la película estaba basada en la obra del autor Robert Bloch. Al igual que las películas, la novela también
tuvo dos secuelas.
Este pasado mes yo leí la
primera, y hace unos días, acabé con la segunda.
Os avanzo que me han gustado
ambas novelas, y mucho. Me confieso un fan de las películas, pero estas novelas
son algo más. Son una alternativa a las películas ya existentes. Por eso me han
gustando tanto. La primera, pese a ser clavada a la película, es original en
cuanto al matiz de esa fina intriga que la compone. Y la segunda, es
completamente original, no tiene nada que ver con Psicosis II.
Había oído que cuando se
propusieron rodar la secuela cinematográfica, se lo dijeron a Robert Bloch y
este aceptó. La disputa vino cuando presentó el guion, lo que acabó siendo la
segunda novela, y la “Universal” dijo que no era la segunda parte que ellos
querían. Era una secuela demasiado psicológica y se alejaba completamente de lo
que había sido Norman Bates en la primera parte y su motel.
Esta segunda parte Bloch la
ambientó en Hollywood. Se inicia cuando Norman Bates escapa del psiquiátrico en
el que ha estado internado durante veinte años. Al salir se entera que están rodando
una película sobre su historia y decide presentarse allí y hacer grandes
estragos entre el elenco de actores, pero…
El gran misterio de la novela no
es quien morirá el siguiente; el gran misterio es saber si es Norman el causante
de todos los infortunios. Y diréis, ¿Cómo no va a ser Norman el asesino en
Psicosis II? Pues e ahí algo digo de loa al señor Robert Bloch. En esta segunda
parte reinventa la trama y juga con la intriga entorno a la posible muerte de
Norman al inicio de la novela. En resumen, una magnifica novela de suspense, un
gran descubrimiento.
Me gustaría destacar el pulido
estilo narrativo de Bloch, a la altura de otros autores más conocidos hoy en
día como Robin Cook, Mary Higgins Clark o John Katzenbach. Su estilo, y su
manejo magistral del multi-punto de vista narrativo, gracias al cual le imprime
un ritmo frenético a los acontecimientos narrados y consigue enganchar al
lector con gran facilidad. Otras de las cosas importantes sobre Robert Bloch es
que sabe dosificar la información que presenta al lector y eso hace que el
misterio y la tensión crezcan conforme se avanza la lectura.
Resumiendo, quien quiera pasar un
buen rato leyendo buen suspense que leo algo de Bloch.
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