lunes, 27 de agosto de 2012

Estrategia de Creatividad de Walt Disney

A continuación os dejo leer un fragmento de mi próxima novela: "Nuestro último verano juntos" Adjunto el fragmento porque en él hablo sobre la estrategia de creatividad de Walt Disney y creo que hoy es bastante idóneo dado el contenido de los anteriores post. 

Os aconsejo que apliquéis lo que se explica en este dialogo entre personajes si estáis faltos de ideas, o os habéis encallado en algo. La estrategia de creatividad es muy efectiva y presenta alternativa a ideas que nos parecen locas o incoherentes, gracias a esta herramienta se pueden extraer grandes ideas y relacionarlas de una manera lógica y perfectamente llevables a cabo.



Fragmento de: Nuestro último verano juntos.
Personajes: David & Nhoa.

- Bien, pues no sé que te puedo explicar… ¿Y si me explicas tú sobre que vas a escribir tu próxima novela?
- ¿Quién ha hablando de una próxima novela?
- Yo, ¿quién sino?
- No sé si estoy preparado para volver a escribir.
- ¿Tienes problemas de creatividad?
- Hace tiempo que mi cabeza está copada única y exclusivamente por preocupaciones, supongo que eso interfiere bastante en mi creatividad.
- Pues haz como hacía Walt Disney.
- ¿Perdón?
- Sí; ¿no has escuchado nunca como creaba Walt Disney sus personajes?
- No.

De pronto David puso cara de sorpresa. Puede que aquella fuese una de las virtudes que más admiraba en aquella muchacha, puede que aquella capacidad innata para sorprenderle fuese lo que más le gustaba de ella:

- Dicen que cuando a Walt Disney le faltaban ideas para sus películas jugaba a los tres despachos. Eso le ayudaba a crear, a que se le ocurriesen nuevas ideas.
- ¿Los tres despachos?
- Al parecer tenía tres despachos; el primero, uno diáfano, blanco, completamente luminoso. En él se dedicaba a hacer una descarga loca de ideas, allí dejaba salir todo lo que pensaba; lo bueno y lo malo, lo más loco que le venía a la cabeza lo apuntaba en un bloc de notas. Después, tras aquella catarsis casi esquizofrénica, el señor Disney se encaminaba hacia el segundo despacho; un despacho clásico, decorado de manera conservadora, con luz suave, butacones y muchas alfombras. En este segundo despacho se dedicaba a criticar todas las ideas que se le habían ocurrido en el despacho anterior, en este segundo despacho hacía de critico y censor de si mismo.
- Si me criticase a mi mismo probablemente me pegase un tiro… -bromeó David, sabiendo que no era completamente broma lo que estaba diciendo.
- ¡Muy gracioso! Escucha que ahora viene lo mejor… Había un tercer despacho. El despacho en el que todo se conectaba. Era una estancia decorada de manera moderna, de un modo atrevido e inspirador. Con luz blanca como la primera, pero moderada. Algo equilibrado entre el despacho 1 y el despacho 2. El caso es que cuando llegaba a este tercer despacho, cogía las notas que había tomado en el primer despacho y las criticas que había hecho en el segundo, y creaba una tercera lista.
- ¿Y qué tenía esa tercera lista? –pregunto David con notable curiosidad.
- La tercera lista se basaba en como llevar a cabo las ideas de la primera lista cumpliendo con las críticas de la segunda. Es decir, la tercera lista era un filtro conseguir. Un punto de vista posibilitador.
- No entiendo; ¿así nació Ariel, entonces?
- A ver, burro. Primero fue al primer despacho y pensó: Haré una película sobre peces. Sí, será una película en el mar. En ella cantarán y bailaran. Hasta ahí la idea loca. ¿Me sigues?
- Creo que sí.
- Después pasó al despacho dos y allí pensó: A nadie le interesará la historia de cuatro peces que cantan y bailan. Le falta algo. La historia necesita más. Que todo pase en un solo escenario me parece pobre, yo añadiría algo más. Que los personajes canten y bailen simplemente aburrirá, hace falta un poco más.
- ¿No te parece un tanto esquizofrénico todo en conjunto?
- Se llama estrategia de creatividad; ¿continuo?
- Sí, sí… A ver como acaba tu historia…
- Una vez en el tercer despacho Walt Disney pensó: Bien, quiero una película ambientada en el mar, pero es verdad que solo ambientada en el mar sería aburrida. Pondremos también personas. ¿Pero como puedo poner personas y relacionarlo todo con los peces? Claro, pondremos sirenas. Corrección, la protagonista será una sirena. Será una sirena que desee ser una persona. Sigue faltándole algo, es cierto que una historia sobre una sirena que canta y baila con cuatro peces aburrirá… Añadiremos un príncipe. Sí, la sirena se enamorará del príncipe y querrá convertirse en persona. Pero… En todo cuento siempre tiene que haber un malo. Eso está claro. El malo será un pulpo. No, será una mujer pulpo. –de repente Nhoa hizo una pausa y le preguntó a David- ¿Captas las idea?
- Sí, capto que tú estás muy mal. ¿Conociste a Walt Disney y no me habías dicho nada?
- ¡Se llama estrategia de creatividad! La utilizan muchos escritores y artistas cuando se quedan sin ideas. Se supone que todo ese proceso hace que el cerebro funcione a un mayor rendimiento y que se rompa ese síndrome que os da de la hoja en blanco…
- ¿Quieres decir que si hago toda esa locura conseguiré volver a escribir?
- No pierdes nada por probarlo.
- Es decir, si primero creo, luego critico y finalmente posibilito mis ideas, ¿crees que de repente se activará de nuevo ese algo en mi?
- Estoy segura.
- Puede que tengas razón; no pierdo nada por probarlo.

Aquello que Nhoa le explicó le resultó curioso. Cuanto menos le hizo pensar, reflexionó sobre aquella cuestión; puede que tuviese razón, puede que su parón en cuanto a escribir no fuese más que eso. Un bloqueo. Algo que vencer con práctica y técnica. Puede que esa herramienta que le acababa de explicar le sirviese de algo. Al menos era algo concreto con lo que trabajar, un ejercicio concreto y mesurable, como a él le gustaban las cosas. Claras y concretas.

La conversación le había distraído, tanto que al pasar por el kilometro 65 no pensó en Nadia. Al pasar por aquel kilometro no se atormentó como lo había hecho otros muchas ocasiones. ¿Significaba aquello que comenzaba a superarlo? ¿Significaba aquello que gracias a Nhoa estaba un paso más cerca de cambiar por fin su vida?

Junto a él, Nhoa miró con melancolía la carretera. Pese a haber estado distrayéndole con aquella historia, ella había sido consciente todo el rato del trayecto por el que estaban avanzando. Pese a que había hecho grandes esfuerzos por disimular, Nhoa recordaba perfectamente aquel punto de la carretera. Lo recordaba, y lo recordaría siempre, no en vano allí fue donde murió su prometido.

2 comentarios:

  1. Wowwww muy interesante el consejo y menuda noticia, al menos para mí!!!! A escribir cariño!!!! quiero saber más!!! Un besazo

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  2. Walt Dinsey era un genio, ¿lo tendrán congelado como dicen...?

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