Vale. Si es que hay cosas que se ven venir. Tres veces, tres, me resistí a comprarlo sabiendo que 17 euros y pico era un timo para este libro e imaginando que me iba a decepcionar. Pero caí como una tonta al final. Sabía que me iba a pasar ¡cómo no me iba a pasar, si no tengo remedio! Es cierto que me estoy quitando y que cada día leo menos cosas de éstas porque ya sé que los números que tienen de decepcionarme son muy elevados. Pero a veces soy un poco yonki de este tipo de literatura y me viene bien un correctivo para recordarme que “nunca mais”… hasta mañana por lo menos.
Esto no ha sido un correctivo, un cachetito sin más. Ha sido una tunda en toda regla. Menudo rollo patatero – aburrimiento mortal – truño de solemnidad. Además, hay libros que ves que es que no es que sean malos, sino más bien que no están hechos para ti. Pero no es el caso. Este es malo, directamente. Sin paños fríos.
Ficha técnica:
Título: De qué hablan las mujeres en el baño
Autor: Jo Barrett
Editorial: Vergara
Número de páginas: 352
Fecha de edición en castellano: mayo 2008
Precio: 17,50 euros (un timo)
ISBN: 9788466636759
Sinopsis:
Claire St. John es una abogada recién divorciada que decide abandonar la gran ciudad por un lado y su profesión por otro para dedicarse a escribir una novela – libro de autoayuda o yo qué sé sobre la sabiduría que se puede aprender en los baños de las señoras. Se pone que es el sancta sanctorum donde nos confesamos y hablamos sin tapujos de los hombres. Y ella quiere compartirlo con el mundo.
Así que se traslada a Tejas donde se dedicará en cuerpo y alma a su tarea: indagar en la psicología masculina a través de las conversaciones de los baños, escribir el libro y tratar de aplicárselo a ella misma. En su vida irrumpirá Jake Armstrong, un ejecutivo de una empresa de alimentos orgánicos (toma del frasco, Carrasco) con el que se pegará todo el libro que si sí, que si no.
Y esto es todo. No busquéis más porque no lo hay.
¿Qué hace este libro tan aburrido?
A mí siempre me ha sorprendido mucho esa costumbre de ir al baño de dos en dos, y eso que soy mujer. Salvo en ciertos baños de ciertos sitios que están más llenos de gente que el cuerpo de Amy Winehouse de droga e ir acompañada viene bien para ayudarte a sujetar la puerta en caso de que no haya pestillo, por lo general yo voy a lo que voy. Hago mis cosas, me lavo y me largo. Nada de estar más tiempo del estrictamente necesario. Incluso en el caso de que a alguna amiga mía le haya entrado el momento roca al mismo tiempo, vamos, hacemos lo nuestro y nos vamos. Nunca he entendido muy bien esa costumbre de ponerse a hablar de lo divino y lo humano en un sitio que por lo general no huele demasiado bien y que en según que sitios da incluso un poco de yuyu. No dudo que hay gente que lo hace, pero vamos… me parece que según van pasando los años y según se degradan los baños las conversaciones en el cuarto de baño se limitan. Igual es que en Estados Unidos están en mejor estado. En todo caso, si yo me pegara media hora de charleta en el baño de un restaurante media hora de palique con una amiga seguro que sospechan que algo raro está pasando.
En fin. Tenía curiosidad por saber qué se supone que decimos las mujeres. Y lo que me he encontrado es un libro lleno de lugares comunes, de frases hechas y de estereotipos. Me ha parecido todo tan obvio que dejó de tener interés para mí en el minuto cero. Menudo TOSTÓN. Yo no digo que conversaciones así no se tengan, en el baño o en cualquier otro sitio. Pero hubiese estado bien que fuera todo menos evidente, menos trillado y que fuera un paso más allá. Porque para leer lo que hemos leído cienes y cienes de veces no me gasto yo 17,50 euros. Me ha parecido un poco tomadura de pelo.
El libro es una novela. En realidad, mezcla trozos de la novela (de la que estoy segura de que no vendería un solo ejemplar de lo mala que es) de Claire y de su vida. Pero es que ni la novela es entretenida ni tampoco su vida. No hay nada que te enganche. Ni te descubre nada que no sepas en el libro y lo que le pasa es tan sumamente común y aburrido que te dan un poco igual sus tribulaciones. Lineal, quizás sería la palabra que lo describiría. Y previsible. Le falta ritmo por todos los lados.
Se supone que estos libros son bastante banales, pero por lo menos son entretenidos. Quizás no pasen a la historia de la literatura como los mejores del mundo, pero cumplen una función determinada, que es divertirte un rato y ya está. ¡¡¡Pero es que ni como eso vale!!! ¡¡¡Dónde se ha visto que en un libro de estos te saltes párrafos enteros porque no te interesen lo más mínimo!!! Le podría perdonar que fuera intrascendente, que fuera incluso poco novedoso. Pero nunca que sea tan soberanamente aburrido.
Son 350 páginas más o menos, de letra no especialmente pequeña, así que se debería leer fácil y rápido. Y sí, lo leí rápido pero porque me iba saltando trozos, no porque la lectura fuera fluida en absoluto.
Nota para navegantes:
Hay libros que dices, bueno, en versión cara no, pero en bolsillo tal vez. Éste, ni eso. Es un libro francamente prescindible. No os dejéis engañar por la portada, que eso sí, hay que reconocérselo, es bastante acertada ni por el título, que parece diferente y es llamativo. El libro es de lo peorcito que he leído en tiempos.
Qué sensación de tomadura de pelo.
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